General, Política actual — 25 abril, 2008 at 7:42 am

La crisis alimentaria, desmenuzada: artículos publicados por lectores

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camisetas.JPG Si para algo va a servir la carestía de alimentos que acecha al Planeta Tierra es para que, de una vez por todas, las buenas personas se den cuenta de que no se puede combatir a los Iluminati con la información (y las
soluciones) Iluminati. La supuesta «solución» al no menos supuesto problema de la energía, es decir, los «biocombustibles» (lo de bio es una broma, claro) no ha hecho más que provocar una subida de los precios de los alimentos que está conduciendo al hambre y el desabastecimiento de alimentos. Todo ello, sabiendo como saben que todo este problema se solucionaría con una sola palabra: Tesla. Recuperar la memoria del genial inventor y liberar las patentes e inventos sobre energía electromagnética del serbocroata y la pléyade de sus discípulos. Es hora de que los ecologistas, con Greenpeace a la cabeza, decidan: O SACAN LA INFORMACIÓN SOBRE ENERGÍA LIBRE O CALLEN PARA SIEMPRE.

LA TRAMA ALIMENTARIA ILUMINATI AL DESCUBIERTO!!!

Las alzas descomunales en los precios de los alimentos ocurrieron en paralelo a las apuestas sin precedente con los contratos de futuros, mediante los ominosos hedge-funds (fondos de cobertura de riesgos) en las bolsas de materias primas agrícolas del Chicago Board of Trade y en el eje agromercantilista Kansas-Minneapolis-Londres. El precio del arroz se duplicó dramáticamente en los primeros tres meses del año al pasar de 360 dólares a 760 dólares por tonelada métrica.

William Pfaff (WP) coloca el dedo en la llaga después de repasar todas las causales enunciadas de la crisis alimentaria global: “En forma extraña, poco se ha dicho sobre el papel de la especulación en los precios de las materias primas en general y específicamente de los alimentos” (Tribune Media Services Internacional, 16/4/08) y explica que el “volumen de contratos se ha incrementado 20 por ciento desde el inicio del año” en el mercado de Chicago CME Group (fusión del Chicago Mercantile Exchange y Chicago Board of Trade) que “cotiza 25 materias primas agrícolas”. Más aún: “los hedge funds se encuentran muy activos” en un negocio circular y “están comprando también las empresas que almacenan los granos”.

No dice que tal permisividad en los “mercados” solamente se explica mediante la “guerra alimentaria” que no se atreve a pronunciar su nombre y que, a nuestro juicio, ha sido desatada subrepticiamente por la dupla anglosajona, hoy en caída libre financiera, con el fin de dañar a sus triunfantes competidores geoeconómicos.

Antes de la “ronda Uruguay” de 1984, países como México e India, que eran autosuficentes, hoy se han vuelto deficientes: a partir del ingreso de las trasnacionales alimentarias anglosajonas al “mercado”, gracias al picaporte de la disfuncional OMC.

En un deslumbrante estudio, Dani Rodrik, de la Escuela Kennedy de Harvard, desmenuza el cataclismo en Latinoamérica que produjo el decálogo neoliberal del Consenso (sic) de Washington, formulado por el FMI y el Banco Mundial (Items & Issues; The Social Science Research Council; Nueva York; invierno-primavera 07-08).

El parteaguas del control alimentario de la humanidad se gestó en la aciaga década thatcheriana de los 80 mediante la desregulación y la privatización agrícola. Con el auge de la globalización en 1995, la OMC combatió la “reserva” de los alimentos como una “distorsión mercantil”, lo que dio vuelo a las trasnacionales agro-farmacéuticas anglosajonas para dominar el “mercado”, como Monsanto, Cargill, Dupont y Novartis, que gozan con derechos de patentes (¿de corso?) para controlar los métodos de siembra, así como la bioingeniería de las semillas.

Una de las consecuencias de la “apertura” alocada del sector agrícola de la OMC le concedió el dominio financiero a las trasnacionales agroalimentarias, las principales enemigas públicas del género humano, como Cargill, Bunge, ADM y el dizque “filántropo” George Soros, convertido en el dueño de la pampa argentina, donde 50 por ciento de las tierras arables son prácticamente de monocultivo de la soya a expensas de otros granos.

La empresa Generation Investment Management, con sede en Londres, es propiedad del “ambientalista” Al-Gore, quien está asociado con David Blood (que le hace honor a la traducción de su apellido del inglés), anterior directivo del banco de inversiones estadunidense Goldman Sachs con fuertes inversiones en la empresa danesa Novo Nordisk, cuya filial Novozyms participa en 40 por ciento del proceso de destilación del bioetanol con enzimas.

En la prospectiva del Apocalipsis bíblico faltó agregar otro jinete: el bioetanol, cuyo principal efecto deletéreo ha provocado hambruna en casi 900 millones de seres humanos –al menos que tal sea el efecto buscado por el cártel alimentario anglosajón. En este año 12 por ciento de la cosecha de maíz mundial será utilizado para bioetanol.

Una docena de compañías claves, aliadas a unas 40 empresas medianas, dominan la cadena alimenticia en cuya cúpula se encuentra el cártel de las seis trasnacionales de granos: Cargill, Continental CGC, Archer Danields Midland (ADM), Louis Dreyfus, André y Bunge and Born. Su dominio es prácticamente absoluto en el mundo de los cereales y los granos desde el trigo, maíz y avena, pasando por el sorgo, cebada y centeno, hasta las carnes, lácteos, aceites y grasas comestibles, frutas, vegetales, azúcar y especias. Un organigrama del cártel alimentario tendría a la cabeza a Archer Danields Midland, Unilever, Grand Metropolitan (Pillsbury), Cargill y Cadbury, que se subdividiría en siete rubros:

1. Granos (Continental, Cargill, Bunge & Born, Louis Dreyfus, ADM-Topfer, André, Quaker Oats); 2. Carnes (BP, Conagra, Cargill, Sara Lee, Hormel); 3. Lácteos (Nestlé, Borden, Kraft, M.E. Frank, Hoogwegt, Unilever); 4. Aceites y grasas comestibles (Unilever, ADM, Procter & Gamble); 5. Azúcar/cacao (Nestlé, Tate & Lyle, Cadbury); 6. Bebidas (Guiness, Bass, Seagram, Coca-Cola, Pepsi-Cola, Anheuser Busch); y 7. Distribución (Nestlé, Grand Metropolitan-Pillsbury, RJR Nabisco, Phillip Morris, Kellogg, General Mills, United Biscuit, BSN, Hillsdown Holdings, Ralston Purina, Safeway, Chiquita International).

Cargill exporta 25 por ciento de granos de EU y es de las principales empresas de ese país con ingresos por 88 mil 300 millones de dólares el año pasado; opera con una importante rama financiera para riesgos en los mercados de futuros y cuenta con un hedge fund: Black River Asset Management.

Continental CGC se ha especializado en cereales, aves, porcicultura, carne de res, inversiones en seguros, bienes raíces y compra de activos empresariales. Archer Daniels Midland (ADM) se ha consagrado al negocio de los biocombustibles y 43 por ciento de sus ganancias provienen de productos subsidiados por el gobierno estadunidense.

La madeja de integración vertical y horizontal del cártel alimentario es impactante, pero más asombroso resulta el paraguas financiero de sus otrora grandes bancos (antes de su insolvencia global), primordialmente anglosajones y suizos, vinculados con su estructura operativa de control del aparato gastrointestinal del impotente género humano totalmente avasallado. ¿Cómo vamos a responder los ciudadanos del mundo a este desafío mayúsculo?

09. Abril ´08 – Cualquier agricultor en las Filipinas que es pillado acumulando arroz, se arriesga a quedarse el resto de su vida en la cárcel por el delito de “sabotaje económico”.

Mientras tanto, en las calles de Yakarta, Indonesia, miles de fabricantes del tradicional pastel de soja, se manifiestan como protesta de que sus sustentos han sido destruidos y sus campesinos pasan hambre. En Malasia, donde las plantaciones de aceite de palma so tan inmensas que no se llega a ver el final, las compras de pánico de este producto han saqueado las tiendas.

Las compañías chinas, coreanas y japonesas se pelean por la tierra agrícola a través del mundo. Japón ya posee tres veces más tierras de labranza en el extranjero que en su territorio y Seúl tiene ganas de hacer lo mismo.

Para las 2.5 mil millones de personas de Asia que dependen del arroz, éstos son todo menos incidentes aislados. Esto es lo que pasa cuando enormes cantidades de personas se mueven en las ciudades, cuando el crecimiento de la productividad agrícola es la mitad de lo que era hace dos décadas y cuando el mal tiempo o la enfermedad exponen las frágiles dependencias de las exportaciones.

Es también el resultado de las duras condiciones económicas del crecimiento industrial. La gran mejoría de los estilos de vida y de las finanzas familiares de millones de chinos e indios ha conducido una demanda de carne, leche y aceites de cocina que no existían hace una década. Al duplicarse el consumo medio de carne de China desde 1985, por ejemplo, ha creado un salto equivalente en la demanda de los piensos.

India – que tradicionalmente ha exportado millones de toneladas del arroz – ha decidido poner una reserva especial estratégica de alimentos por encima de sus reservas existentes de trigo y de arroz. Se ha obligado a que Vietnam, el tercero más grande productor de arroz del mundo, contenga sus exportaciones y que Camboya las haya prohibido completamente.

En Tailandia, el productor más grande de arroz del mundo, las preocupaciones crecientes de una escasez han hecho que los precios de arroz aumenten más del 50% durante el mes pasado.

se va a cocer una muy gorda por esa zona, china se esta liando a comprar tierras en filipinas para cultivar arroz, para su proppio consumo, la historia es que cuando los filipinos tengan hambre , iran a esos campos, y si filipinas no defiende esos campos,sera china quien acuda a “defender” sus tierras?,esto es un tema muy serio que no se tiene en cuenta ,pero va a haber una crisis gorda por culpa del hambre