General, Opinión y Noticias Externas — 23 febrero, 2012 at 1:15 pm

Vampiros en la Nueva Era: ¿aquí vale todo?

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No sé si os conté de un simpático grupo espiritual que conocí en Chile que se metían con los lugares comunes de la Nueva Era, uno de cuyos miembros reivindicaba el valor del «honor», ahora que el término «Amor» ha perdido, a fuerza de manosearlo, casi todo su valor. Volver a reivindicar el valor de la Palabra, del Honor, y de esos principios casi olvidados de la Lealtad y la Sinceridad sería infinitamente más útil ahora mismo que el devaluado amor, que no implica más que besos y abrazos, a menudo tan falsos… como un amigo del facebook.
Os iba a contar que, ahora que el triunfo está casi en nuestra mano, el mayor obstáculo que debemos superar es la deslealtad, el deshonor, la falta de ética, las personas que, infiltradas en las filas de la Verdad, se aprovechan de los demás, no reconocen a sus maestros, y ningunean a aquellos que les han dado las ideas (¿por qué se ha dejado de linkear al sitio de dónde se ha obtenido la información?). Las personas que empozoñan nuestras relaciones con el virus de la desconfianza, las que quieren acabar con este sistema pero siguen con los principios morales de «aquí vale todo» y «el fin justifica los medios».
¿Cómo vamos a conseguir que los inventores nos donen sus ingenios de Energía Libre o motores de aire si habrá algún vampiro que se aproveche de ellos, y se apropie de su idea como hizo Celades con Silvia Puig con el congreso de alimentación consciente? ¿Cómo vamos a conseguir ese mundo de generosidad si en los propios congresos que dicen buscar la verdad, los vampiros se aprovechan de la inocencia de algunos de nosotros? Pues iba a escribir de esto y, justo, esa grandísima investigadora, valiente y desinteresada mujer que responde al nombre de Trinity, largos años trabajando por el Bien de la Humanidad, escribe esto a cuenta de una entrevista que ha hecho a David Icke. ¡Otro vampiro aprovechándose de una dama!
De verdad que cuando leo cosas como ésta me dan ganas de llorar. Lo diré otra vez: ¿Qué mundo vamos a construir si toleramos que en nuestras filas haya personas que se aprovechen de los maestros de ese modo, en lugar de darles reconocimiento?
PD: Al final, tendré que dar la razón a las feministas y reconocer que el virus del depredador está inserto en el alma de muchos varones… (Sniff). Me asalta una duda: ¿estará ese virus en el consciente o en el inconsciente? Es decir: ¿se darán cuenta o no? ¿Tendrán doble personalidad? Porque a mí me parecen buenos tipos…
PD 2: Jorge, desde Argentina, me envía un textito de Castaneda sobre los «voladores», es decir, esos pensamientos del lado oscuro que te acechan y te hacen cometer actos como los expuestos más arriba, conduciendo a buenas personas al «otro lado»; el de la traición y la deslealtad. He de decir que el hachís abre muchas puertas a ese tipo de energías. ¿Cómo funcionan? Pues te dicen cosas en tu mente como: «Ella no ha hecho nada. En realidad, se está aprovechando de ti. Tú lo has hecho todo. Ella no se merece nada», etc. Entrad en la noticias, y lo podréis leer ¡en azul!

«El predador que don Juan había descrito no era bené­volo. Era enormemente pesado, vulgar, indiferente. Sen­tí su despreocupación por nosotros. Sin duda, nos había aplastado épocas atrás, volviéndonos, como don Juan había dicho, débiles, vulnerables y dóciles. […]
»Te digo, la mente del volador no tiene competido­res ‑continuó don Juan‑. Cuando propone algo, está de acuerdo con su propia proposición, y te hace creer que hiciste algo de valor. La mente del volador te dirá que lo que don Juan Matus te está diciendo es puro dis­parate, y luego la misma mente estará de acuerdo con su propia proposición. «Sí, por supuesto, es un disparate», dirás. Así nos vencen.
»Los voladores son una parte esencial del universo ‑continuó‑, y deben tomarse como lo que son real­mente: asombrosos, monstruosos. Son el medio por el cual el universo nos pone a prueba.
Somos sondas creadas por el universo ‑siguió, como si yo no estuviera presente‑, y es porque somos poseedores de energía con conciencia, que somos los medios por los que el universo se vuelve consciente de sí mismo. Los voladores son los desafiantes implacables. No pueden ser considerados de ninguna otra forma. Si lo logramos, el universo nos permite continuar.