General, Política actual — 4 abril, 2012 at 8:17 am

Se extienden los rumores de golpe de Estado en China

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Ni que decir tiene que puede ser una operación de sabotaje (ahora que China parece erigirse en paladín anti New World Order) similar a las revoluciones árabes prefabricadas.

Sin embargo, sabiendo que los rumores que os conté hace semanas llevaron al cierre de webs, conviene seguir el tema por las profundas implicaciones que todo lo que tenga que ver con China tiene.

Sabiendo que la información procede de Sorcha Faal (con todo lo que ello conlleva), las referencias que cita en el artículo parecen bien documentadas.

Todo el asunto gira en torno a Bo Xilai, alcalde de una de las ciudades más importantes de China (Chongquing) e hijo de Bo Yibo, uno de los ocho ancianos de la era de Mao, es decir, una figura de referencia en China.

El tal Xilai se metió a perseguir la trama de la mafia local con tanto empeño que acabó mandando apresar al jefe de la policía local, Wang Liyun, al que acusaba de haber ordenado asesinar a su amigo inglés Neil Heywood, agente de los servicios secretos británicos a través de la compañía Hakluyt & Company.

Huyendo de su arresto, Wang Liyun pide asilo el 6 de febrero en el consulado USA y acaba siendo detenido por la policía estatal, que se lo lleva a Pekín donde queda bajo la protección del Ministro de la Seguridad Qiu Jin.

El 14 de marzo, durante conferencia de prensa, el líder Wem Jibao, repudia públicamente a Bo Xilai, aduciendo que «China estaba al borde una segunda revolución cultural» (una involución) y al día siguiente lo saca del Comité Central del Partido Comunista.

Después de esto,  Xilai se va a su chalét de Pekín, que es vigilado día y noche y sufre acoso por parte de la policía el 20 de marzo, con sonidos de disparos incluidos. Este ataque se le atribuye al Número Cuatro del Partido, Jia Quinling, que acusa a Bo Xilai de la muerte en «accidente de coche» de su hijo el 19 de marzo.

Los rumores de golpe de estado se fundamentan en el apoyo del jefe de las fuerzas de seguridad internas, Zhou Yongkong, a la causa de Xilai, así como una parte de los militares.

La resolución sobre quiénes son los buenos y los malos es difícil, porque Xilai había encabezado una persecución de la corrupción (para lo cual había contratado los servicios de la empresa británica) y había tenido medidas favorecedoras de las clases bajas.

Una vez más, habrá que estar atentos: sobre todo, a lo que dice Fulford sobre el asunto, que es la mejor fuente independiente sobre asuntos asiáticos ahora mismo.