General, Opinión y Noticias Externas — 20 abril, 2012 at 8:29 am

Clínicas psiquiátricas: la cara oculta de los famosos

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[Un juez de Arkansas condena a la farmoquímica Johnson & Johnson a una multa de 1.000 millones de dólares por una medicina psiquiátrica que provocó apoplejías y muertes por demencia senil, diabetes y convulsiones].

Al hilo con el tema de la psiquiatría, un lector bien conectado me envía esta carta sobre la famosa clínica psiquiátrica madrileña López Ibor y las locuras de los famosos. Dado que la «inestabilidad emocional» de Sabina y Amaia, de La Oreja de Van Gogh, han llegado a mis oídos por otras fuentes, le doy bastante credibilidad. [Hoy, a las 17 horas, concentración contra la psiquiatría en Paseo del Prado 18, Madrid].

Bueno, como te iba contando ayer…

El padre de un amigo mío estuvo ingresado en la clínica Lopez Ibor hace tres o cuatro años. Antes de nada contarte que esta clínica tan famosa tiene como dos partes. La primera es la de «cara al público» (la baratilla, por decirlo de alguna manera), y la segunda es donde se lavan los trapos sucios de media jet-set española. Sus profesionales parece que son del todo incompetentes y basta con conocer a alguien que haya pisado tras los muros para hacerse una idea que tipo de individuos se esconden tras las industrias de la televisión, el cine y la música.

Volvamos al padre de mi amigo. Tenía problemas psicológicos/depresivos serios. No se de donde sacó el dinero pero la chica de la habitación del al lado era Amaya Montero. La siempre sonriente ex-líder de La Oreja de Van Goth no era ni tan sonriente ni mucho menos féliz. Antes de entrar en la música parece que era una chavala normal, pero terminó en esta clínica tras varios intentos de suicidio. Sus entradas y salidas de este centro son continuas. Y en los ratos libres hablaba con el padre de mi amigo de temas un tanto extra-oficiales.

Ella contaba lo siguiente: En su día el renacimiento musical español vino de la mano de La Movida madrileña. A nadie se le hubiera pasado por la cabeza que aquel manchego llegara a ganar un óscar. El empezó haciendo numeritos con el tal Fabio MacNamara http://www.youtube.com/watch?v=idC7bDdgz-0&feature=related. La letra de esta canción no puede dejar indiferente a nadie. Pero no es una canción cualquiera, esto es la declaración de intenciones de todo lo que se iba a mover después. [Se refiere a «Voy a ser mamá»: ¡Fijaos en la letra!]
Santiago Auserón, los hermanos Urquijo, Antonio Vega, Tino Casal, Javier Krahe, Manolo Tena, Joaquín Sabina (luego te cuento sobre Joaquín Sabina) han pasado por la dichosa clínica. También Alex Ubago, Almudena Grandes, Lucía Etxebarría y la plantilla entera de tele 5. Los intentos de suicidio están es este mundillo a la orden del día.

Yo vivo en Getafe. El cantante de Marea vive en un pueblo cercano al mío. Un día te lo encuentras comprando, le paras, le saludas, etc… En el 2004 tuvo que suspender la gira por problemas con el alcohol. Y de cabeza a la López Ibor.

Hace tres años una amiga de las hijas de Joaquín Sabina fue mi novia. Un día íbamos en mi coche y pasamos por Alonso Martínez. En esto que la hija suelta: «En ese edificio está mi psiquiatra». El señor Sabina fuma uno detrás de otro, desayuna con cerveza y tiene una colección de trastornos psicológicos. La hija me confesó que no es el propio Joaquín Sabina el que ha escrito las canciones. Al parecer Isabel Oliart, su ex-mujer, es la hija de un antiguo ministro del franquismo. Y el señorito Sabina es el hijo de un comisario andaluz. Por H o por B iba a llegar donde ha llegado. ¿Cómo se hace eso? Se contrata a Pancho Varona y a Antonio García de Diego y se les deja la música y letra a ellos. Sabina pasa a ser un títere de la productora de turno. Las canciones de Sabina son las de 1984, no las de los 90 y posteriores. Por supuesto, entra y sale de López Ibor. El mensaje que le llega al público «el yonki poeta, canalla y desenfadado, mujeriego y vividor». La realidad: una depresión permanente.

En las fiestas de Navalcarnero del 2008 no se como coño me crucé en una calle a Dani Martín, el de El Canto del loco. En esto que sin venir a cuento me suelta: «Esto no es lo que parece, aquí o te enganchas a las drogas o dice el productor que no hay disco…». De cabeza a López Ibor.