General, Media, Política actual — 11 septiembre, 2013 at 9:32 am

Sospechosas coincidencias entre la última basura de Miley Cyrus y la posición de Obama ante Siria/ «Papá Cyrus» dice que su hija está «en las manos de secuaces de Satanás»/ La hija de Bob Geldof, también

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Según nos relató hace años la esclava sexual de varios presidentes, Cathy 0’Brien, una de las capacidades de este tipo de esclavas mentales es actuar de «correo» de los Iluminati sin que ellas lo sepan. En la nueva personalidad creada en su mente por medio de las violaciones y las torturas, los Iluminati crean una espía que sabe que lo es.
Hace ya tiempo que llevamos observando y analizando el contenido simbólico-satánico de los vídeos de las ninfas alzadas al puesto de «sacerdotisas del amor» (del sexo, más bien) del Monte Sagrado Holly-Wood. No hace ni un año reflejamos las evidentes connotaciones apocalípticas de un vídeo de Britney Spears a pocos meses del 21 de diciembre del 2012 que dejaba abierta la puerta a una interpretación más directa y causal del contenido de esos vídeos: no sólo serían mensajes destinados a pervertir a la población y someterla ante los dictados de Satanás sino que podrían tener algo más…
En estos días, me han enviado desde Barcelona esta «oración a Baal, dios de la guerra» (permitidme el chiste) a cargo de la Sacerdotisa del Rey Salomón que lleva el nombre de Rihanna. Os aseguro que es muy fácil de interpretar.
Es en esas coordenadas que, tras su vergonzantes aparición como prostituta del Templo en la gala de los premios Emmy, la ninfa Miley Cyrus reaparece, apenas una semana más tarde, con esta otra exhibición de sus cualidades como esclava MK Ultra llamada «Wrecking ball» («Bola demoledora»), que ha batido récords de audiencia porque aparece desnuda: es evidente que las implicaciones de verla convertida en «esto» para todas las niñas que la han admirado durante su etapa en el Club Disney son devastadoras, lo mismo que para los niños que se enamoraron platónicamente de ella.
Pero, en las coordenadas del pretendido ataque a Siria, el análisis de este vídeo (y su letra) nos traen más sorpresas.
En apariencia la «canción» es una declaración de desamor por una relación sadomasoquista (a la que llaman «amor») que concluye (los dos adjetivos con lo que la define son «encadenada» y «atenazada con garras»). Después de justificarse sobre la realidad de su amor, Miley compara su amor con una «bola que demole las paredes que te separan». Acto seguido, dice textualmente: «no quise empezar una guerra, sólo quería que me dejaras entrar, y en lugar de usar la fuerza, supongo que me debiste dejar entrar». Justamente, las mismas palabras que está pronunciando Obama durante esta «crisis Siria del Final de los Tiempos» y que, por cierto, tiene como último objetivo la demolición de la Mezquita de la Roca en Jerusalén para construir el Tercer Templo del Rey Salomón donde se entronizaría al Anticristo.
Todo ello, por supuesto, aderezado con unas imágenes de Miley simulando realizar felaciones con un martillo: una imagen que haría las delicias del sobrino de Freud, Edward Bernays. Parece evidente que el mensaje subliminal para los varones es que si dan el OK al ataque a Siria, recibirán unas buenas dosis de felaciones de regalo. Ya lo dijo el mítico Sigmund: en la vida todo se reduce a Eros (sexo) y Tánatos (muerte); principio creador y principio destructor.
La canción es tan prototípica y el vídeo es tan sencillo que lo han podido hacer en una semana. Sí. Les ha dado tiempo a hacerlo.
PD: Pobre niña, de verdad: cuando despierte, flipará. Por cierto, Miley lleva tatuado en su brazo derecho un ancla (símbolo de su controlador?).

Aquí tenéis el vídeo, por si alguien no lo ha visto todavía.
PD: Como sabéis, Miley Cyrus es hija del mítico cantante country Billy Ray Cyrus. Pues bien, en el 2011 afirmó sin ambages que su hija estaba controlada por unos satánicos y que podría acabar como Michael Jackson o Kurt Cobain.
PD 2: El mayor éxito de «Papá Cyrus» se titulaba «no rompas más mi pobre corazón«. ¿Premonición?
PD 3: La hija de Bob Geldof también ha sido captada por los satánicos de Aleister Crowley.