El diccionario define «fanático» como aquel «preocupado o entusiasmado ciegamente por algo».
Mi opinión personal es que un fanático es la consecuencia de un trauma que intenta hallar la solución a su dañada alma en un «enemigo social» (imaginario) que corresponde con su victimario.
Así, una niña que haya sufrido abusos sexuales o la falta de un padre o, de adulta, el amor de un hombre, se convertirá en una feroz feminista. Un chico que haya sufrido el trauma de la separación de sus padres o la falta del amor de la mujer, se convertirá, hoy día, en otro feminista que odia la familia y el amor.
El otro día una banda de traumatizados por el amor intentaron reventar una conferencia en Castellón donde se dijeron incómodas verdades sobre la ingeniería social que está tratando (y consiguiendo) acabar con el amor hombre-mujer en España (más abajo, los vídeos).
Como os conté hace semanas, un documental sobre el trauma de los niños a los que separan de su padre por culpa de esta misma paranoia prefabricada, fue saboteado por organizaciones adscritas al gobierno argentino hasta que, finalmente, ha conseguido estrenarse. Lo podéis ver seguidamente: el título «Adiós papá».
