Hombre y Mujer — 23 agosto, 2016 at 5:17 pm

«Sin hombres más allá de este punto»: distopía sobre la sociedad deseada por las feministas

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Es tal la sorpresa que me he llevado con esta película de este mismo año que primero os voy a poner el link para que la veáis (en la opción 3 se ve correctamente) y sólo después de verla os recomiendo que leáis mis comentarios.
Antes de seguir, y después de haber visto la película, releed mi «Carta a los últimos hombres masculinos» (Año 2000) y decidme si no fue profética.
Porque, evidentemente, esta película a modo de falso documental (el más realista de los formatos, que copia el periodismo) está expresando los reales planes de la élite: acabar con la procreación natural y, por ende, con el varón.
Por supuesto, para que no se note demasiado, en lugar de citar a los disruptores del sistema endocrino y la esterilidad prediseñada del varón, hablan de la «partenogénesis», aprovechando para reírse de la iglesia católica con la proliferación de «mujeres que dan a luz vírgenes» para después pintar ese futuro en el que los hombre libres han sido enviados a reservas mientras el resto (los hombres feministas) se convierten en esclavos de las mujeres. ¡Leed lo que escribí en el Año 2000! ¡Exactamente igual!
Aunque la película es para analizar casi cada cinco minutos, me permito destacaros algunos aspectos:
-La primera presidenta mujer está hablando de Hillary Clinton.
-En un mundo sin hombres, las mujeres son obligadas al lesbianismo (lo que confirma que la conspiración gay es una prolongación del feminismo).
-La religión de la diosa y la new age es la elegida en esta distopía.
-Muy curioso también que, en lugar de hablarnos de un futuro distante, se nos cuenta que ese futuro ya ha sido implantado. Es decir, que en estos momentos estamos viviendo en él.
-Por último, una intuición sobre quien ha podido gestar esta película.
Hay un detalle al principio de la misma, cuando intenta explicar el que la especie humana haya conseguido reproducirse sin coito en el que, riéndose de la iglesia, hablan del caso de una monjita ¡española! cuyo caso revoluciona el tema. La monjita es de Burgos.
Evidentemente, la película es el sueño de una filósofa feminista de la peor especie con altas conexiones, que a su vez ha pasado la idea a los ingenieros sociales, que luego han remitido esta idea a sus productoras cinematográficas, en este caso, Metro Goldwin Mayer.
Bien, en este punto me he acordado de la socióloga española, seguidora de Foucault y Derrida, Beatriz Preciado, que enseña Política de Género en una universidad francesa y después de escribir su «Manifiesto Contrasexual» se autocastró y dice llamarse ahora «Paul B. Preciado».
¿Sabéis de dónde es originaria esta pobre chica?
En efecto: de Burgos.
Estoy por asegurar que la idea original de esta locura es suya.
Está suficientemente loca.