La nueva ronda de emails correspondientes a Hillary Clinton capturados por Rusia nos revelan que la salud de la candidata demócrata a la Casa Blanca es bastante peor de lo que nos imaginábamos.
Al parecer, el daño cerebral que afecta a su córtex, ganglio basal, cerebelo y tronco cerebral ha repercutido en sus funciones básicas, concretamente, en la capacidad de su intestino y vejiga para retener los depósitos; comúnmente, «mear y cagar», por lo que han tenido que colocarle una «bolsa» adosada a su colon por medio de un catéter.
El problema estalló en diciembre del año pasado cuando regresó tarde a un debate en la ABC porque no quería compartir el baño con otra persona. [Entiendo que se iban a escuchar los ruidos].
La incontinencia que padece Hillary hace que no pueda mantener una conversación más de 30 minutos seguidos, lo que ha imposibilitado que dé una conferencia de prensa desde hace casi un año y que un problema que repercute, también, en que tenga que ir abrigada en verano.
Lograr detener la marea de informaciones sobre su salud está resultando muy difícil para la prensa USA y ha habido dos importantes despidos de periodistas debido a que publicaron sendas informaciones.
-El colaborador de Huffington Post escribió un link a un vídeo donde se hablaba su estado de salud y ahora teme por su vida: «si dicen que me he suicidado, es mentira«.
–El colaborador de la CNN, Doctor Drew, fue despedido una semana después de que expresara dudas sobre la salud de Hillary.
Haciéndose eco de todas estas informaciones, Donald Trump retó ayer mismo a Hillary a que publique su historial médico.
PD: Aunque no recuerdo haberlo escrito, hace meses que me preguntaba cómo una persona que estaba haciendo tanto mal era capaz de aguantar físicamente sin que se le notara. Aquí está la respuesta: el mal que ha hecho Hillary se le está volviendo un suplicio y ahora, literalmente, «se caga en los pantalones».
