Confirmando los audios que vienen circulando en las redes correspondientes a la marina argentina y las diferentes filtraciones de sus servicios secretos, la web de inteligencia rusa Whatdoesitmean menciona (en un caótico informe) la detención de un espía dentro de su inteligencia que trabajaba para la CIA. El tal espía, Alexei Zhitnyuk, fue arrestado el pasado 30 de noviembre por filtrar información recogida por el buque ruso Yantar, equipado con un sumergible preparado para altas profundidades, y que verificó la hipótesis de que el submarino argentino fue alcanzado por proyectiles del buque antisubmarinos de la armada chilena C-295 (los impactos hallados se corresponden con los usados por este tipo de buque).
Después de recibir estos informes, la marina chilena purgó a cuatro almirantes, cuyos nombres nos pueden explicar el origen de esta conspiración: vicealmirante Kurt Hartung, contraalmirante Jorge Rodríguez, contraalmirante Hernán Miller, contraalmirante David Hardy y contraalmirante Mario Montejo. Por sus apellidos, nos damos cuenta de que más de la la mitad de ellos tienen apellidos sajones; concretamente, ingleses, lo que confirma que la independencia de este país fue cosa de la pérfida Albión y que sigue gobernada por los británicos desde entonces.
Para acabar de complicar las cosas, Sorcha Faal nos cuenta que en los últimos años la CIA había dotado al ejército chileno del sistema de detección de minas AQS-24B, y que habría identificado erróneamente al submarino argentino con un «objetivo electrónico». En otras palabras: que todo habría sido un hackeo intencionado de la CIA para provocar este desastre (en colaboración con una parte del estamento militar chileno).
En la conversación que tuvo lugar entre Trump y Putin para aclarar este suceso (y otros amagos de enfrentamientos entre las dos potencias en los cielos de Siria), el mandatario ruso se sorprendió de la cantidad de información que la CIA le niega al presidente USA, a lo que éste replicó que su contraataque va a acabar rindiendo a la Agencia.
