Son las 18:20 horas en España, cuando me entero, por boca de Alex Jones, que el Comité de Inteligencia ha liberado en estos momentos el memorando de cuatro páginas que resume las escuchas a Trump por parte del FBI, después que Hillary Clinton encargara un fraudulento informe a un espía inglés.
Tanto Trump como el grueso de diputados republicanos se encuentran en un búnker en Virginia, en previsión de posibles atentados para desviar la atención de este notición. También se habla de que podría pasar algo gordo este domingo que es la final de la Superbowl.
En apenas cuatro páginas, se detalla:
1-Que el Partido Demócrata encarga a la empresa de un espía británico, con conexiones con el FBI, llamado Christopher Steele un informe para desacreditar a Trump y justificar la interceptación de las comunicaciones de una de sus ayudantes.
2-Que en las sucesivas autorizaciones de las escuchas por parte del Ministerio de Justicia no se menciona ni la escasa credibilidad del tal Steele ni que el Partido Demócrata había sido quien lo había encargado (por lo tanto, su escasa imparcialidad, le restaba credibilidad: el departamento de justicia fue cómplice en la conspiración).
3-La fuente de la que deriva la supuesta trama es un supuesto viaje a Moscú de la colaboradora de Trump, Carter Page, publicado por Yahoo News… ¡quien recibió la información del propio Christopher Steele! Es decir, un argumento circular.
4-Aún a pesar de que Steele dejó de ser una fuente fiable para el FBI, por revelar secretos a los media, la investigación continuó.
5-Steele mantuvo contacto con un abogado del FBI, apellidado Ohr… cuya mujer trabajaba en la empresa de Steele, GPS, reuniendo información contra Trump.
6-La información reunida por Steele en su dossier no había sido corroborada, y se sabía que pretendía que Trump no ganara las elecciones, a pesar de lo cual se autorizaron las escuchas.
Reflexionad un poco y lo veréis claro: el sistema legal y de seguridad norteamericano va a caer como un castillo de naipes a partir de ahora.
Ahora, vamos a ver cómo «vende» la prensa oficial este auténtico fiasco de su propia información.
