Acabo de ver en el Facebook un desternillante vídeo de una charla debate en una universidad norteamericana en la que se hablaba de las diferencias biológicas entre hombres y mujeres que se saldaba con un sabotaje por parte de las feministas-gays llamando «nazis» a los profesores que ocupaban la tribuna.
Reflexionad un poco. Están llamando «malos» a unos profesores por defender lo evidente, lo que es la base de nuestra existencia; las diferencias biológicas entre hombre y mujer, la realidad de que somos dos realidades diferentes.
Evidentemente, quien se indigna o solivianta ante la cosa más normal del mundo está, literalmente, mal de la cabeza; una víctima del programa MK Ultra, vaya, pero no es éste el argumento que quiero tratar sino la irresoluble contradicción en la que cae este duopolio feminista-gay. Es muy sencillo, pero de tan sencillo que es, es posible que lo tengáis que reflexionar.
Vamos a ver, si las feministas/gays niegan la existencia de diferencias biológicas entre hombre y mujer, o sea, directamente que existan dos sexos, ¿por qué reclaman un trato preferencial para la mujer? ¡No hay mujeres ni hombres, según ellos! ¡Los dos son la misma cosa! Y si son la misma cosa, no hay tal entidad «mujer» a la que defender de vete tú a saber qué conspiración porque no existe tal cosa como la mujer, diferenciada del hombre (para ellos) porque niegan la existencia de los dos sexos diferenciados.
Luego, según sus propios argumentos la lucha por «los derechos de la mujer» es falsa porque la mujer y el hombre son la misma cosa.
