España, Espiritualidad — 16 marzo, 2018 at 8:12 am

La Justicia actual, en manos de los ingenuos postulados del poder regenerador de la cultura

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Probablemente muchos lo desconozcáis, pero el Derecho (y por extensión, la Justicia) está influenciado por los postulados científicos (y morales) del momento. Por ejemplo, la supresión de Dios de la vida, y del concepto de la culpa (asociado a la religión), influyeron decisivamente en que en el Derecho actual esté mal vista la noción de «castigo». La pena hoy día busca la regeneración del individuo pero no el castigo por haber asesinado o robado a otra persona. Ese es el principal argumento que esgrime la izquierda (y la derecha como el PNV) para oponerse a la «Prisión Permanente Revisable» y contra el que se opone la sociedad, que considera que un crimen tan horrendo como el cometido por Ana Julia ha de tener un castigo ejemplar, porque la sociedad no quiere que una persona como ésa camine por la calle en libertad.
El postulado de que el criminal se puede regenerar en la cárcel y convertirse en una persona «nueva», por medio de los trabajos sociales, se fundamenta en la fanática creencia del poder de la educación y la cultura, que también parió la Ideología de Género y que se convirtió en hegemónica gracias a que las leyes de la genética estuvieron 33 años secuestradas (1866-1900) con lo que las teorías marxistas gozaron de una gran ventaja para extenderse.
La realidad es que hay (algunos) delincuentes comunes que sí se regeneran pero la mayor parte, como vemos una y otra vez, reinciden constantemente y lo que hacen es entrar y salir de la cárcel, contribuyendo al clima de inseguridad en la sociedad. Lo de que la cultura vuelve bueno al individuo es un argumento de risa, hoy día.
Y ello es así (y me parece hasta cómico que tenga que recordarlo) porque la cultura moderna es casi unánimemente violenta y perversa; no hay más que encender la televisión o mirar la cartelera del cine para encontrarnos sujetos perversos, asesinos psicópatas, dementes y ladrones glorificados. House of Cards, Stranger Things, Black Mirror, Ocean’s Eleven… las series y películas de moda tratan todas sobre la perversión. Así pues, quien continúe diciendo que la cultura puede regenerar al individuo padece una disonancia cognitiva de tamaño cósmico y no se da cuenta de que la cultura actual ¡es la cultura de masas! ¡Están dando ideas a los psicópatas y pervirtiendo a los débiles mentales!
Pero donde las contradicciones de la izquierda se notan más si cabe es cuando nos encontramos con delincuentes claramente reincidentes (y que no se regeneran) como los violadores, por ejemplo, que para más inri los padecen las mujeres, a las que dicen defender mediante la «política de género». En este caso, en el que tienen que decidir si defienden a las mujeres o a la «justicia de izquierdas», los políticos de este signo (como han demostrado con la oposición a la prisión permanente revisable) se ponen de parte del delincuente, demostrando su catadura moral y su indecible demagogia. Así pues, los partidos de izquierda contribuyen a que violen a mujeres con sus laxos castigos.
Y en este punto recuerdo que ha sido en los últimos cuarenta años cuando se ha impuesto que las personas guardemos el dinero en los bancos, y no en nuestras casas, como hasta entonces, y ello ha sido así por miedo a que nos roben, pues en estos años cambiaron las leyes punitivas, ofreciendo considerables rebajas de las penas a los criminales por hacer no sé qué trabajillos en la cárcel… Así pues, adivinad a quien ha beneficiado esa «justicia izquierdista», tan laxa con el criminal…