Hace un par de días hubo tiroteos en Nueva Jersey, alrededor de una tienda de productos kosher (judíos), con muertos incluidos. Estos hechos coinciden en el tiempo con un decreto-ley que Trump pretende aprobar para que los judíos no sean discriminados (??) y sean considerados «una nacionalidad» (en lugar de una religión). La modificación, de la que sólo podemos especular, ha sido acusada de «antisemitismo», mientras que el gobierno norteamericano afirma que es para defender a Israel de las campañas de boicot promovidas por los grupos palestinos.
Como digo en el titular, no me atrevo a dar una explicación a estos hechos, máxime con lo que os vengo comentando acerca de la omnipresente campaña en Internet en contra del boicot a Israel (BDS), que seguro que todos habéis podido ver a estas alturas. Para refrendar que están pasando cosas, os cuento que ayer mismo, en Madrid, El Club de los Viernes organizó una charla, presentada por la conocida Cristina Seguí, a la que fue invitado un representante israelí, que fue boicoteada por estos grupos supuestamente propalestinos. (A mí me está oliendo a autoatentado). Añadidle a todo esto, las alusiones al lobby judío de «Q» y la cosa se complica todavía más: acordaos que existe una estrategia llamada «intervención paradójica» que busca generar el efecto opuesto a la medida que aparentemente se toma.
Por otro lado, el fiscal general Barr ha anunciado que el informe Durham, que ahondará en la conspiración para derrocar a Trump, estará listo a finales de esta primavera.
