Las conexiones entre Obama y el grupo extremista negro «Black lives matter» («las vidas negras importan»), así como la evidencia de que uno de los francotiradores que perpetraron la masacre en Dallas contra los manifestantes de esta misma etnia, indican que nos encontramos ante un nuevo ataque de bandera falsa. En este caso, para encubrir las consecuencias de la felonía perpetrada por el FBI en el caso Hillary Clinton: Trump le sobrepasaba dos puntos en las encuestas, y los congresistas republicanos estaban atacando duramente al director del FBI.
De esa manera, han conseguido que el caso perdiera presencia en los medios de comunicación, relegando la noticia a un segundo plano.
De acuerdo a la prestigiosa web Politico: la organización responsable de la matanza («Black lives matter») cuenta entre sus patrocinadores al magnate George Soros, así como otros pesos pesados del partido demócrata como Tom Steyer y Paul Egerman y han tenido contactos con la asistente de Obama, Valerie Jarrett, por lo que se puede afirmar sin temor a equivocación que este grupo terrorista es una célula controlada por el propio presidente y el propósito de la matanza ha sido «salvar a Hillary Clinton» del escrutinio de la Opinión Pública.
En definitiva, nos encontramos con el siguiente esquema de ataque de bandera falsa.
1-Asesinatos de jóvenes negros a manos de la policía, amplificados por la prensa, que generan el pretexto para la reacción violenta.
2-Reacción de un grupo MK Ultra controlado por Soros y Obama.
3-Activación de este grupo con una matanza en la ciudad de los Bush (y donde asesinaron a JFK) para desviar la atención del escándalo Hillary Clinton y la tremenda traición del jefe del FBI.