España — 30 agosto, 2016 at 4:36 pm

La función política del rapto y asesinato de adolescentes: Diana Quer, Anabel Segura, Marta del Castillo y más

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Estamos metidos de lleno en España en otro de esos casos que se alargan durante meses, que llenará los magazines matinales para señoras y levantará especulaciones sobre el paradero de una mocita… de la cual –lamentablemente– nunca se sabrá más. (Seguro que en vuestros respectivos países ocurrirán cosas parecidas).
¿De qué nos suena eso? ¿Por qué será que esta historia me parece haberla vivido anteriormente?
Pues porque (dependiendo de la edad que tengas) habrás vivido las idénticas historias de Las niñas de Alcásser en 1992, la de Anabel Segura en 1993, la de Rocío Wahninkof en el año 1999, la de Sandra Palo en el 2003 y la de Marta del Castillo en el año 2011: meses y meses escuchando especulaciones y testimonios que no llegan a ningún lado, mientras los padres claman justicia… y al resto se nos cae la cara de vergüenza.
Las primeras con 14 y 15 años, la segunda de 22, la tercera de 19, la cuarta de 22 y la quinta de 18.
Estamos pues ante mujeres jóvenes posiblemente vírgenes, lo que bien nos podría conducir hacia un sacrificio ritual por parte de una mafia satánica.
Habría que estudiar con detenimiento (cosa para la que no tengo tiempo) qué estaba sucediendo en nuestro país en el momento de la desaparición de cada una de ellas para encontrar un patrón, en este caso político, que explique este horror por entregas que mantendrá al público embobado (y sus inconscientes paralizados) durante semanas.
En este caso, está claro: la desaparición de Diana Quer va a desviar la atención del fracaso del sistema para formar gobierno, dejando en evidencia, de paso, que no cumple ninguna función positiva puesto que la economía ha mejorado en este año de «anarquía».
Esta es mi doble hipótesis: que estas horrendas desapariciones (y el circo mediático que catalizan) cumplen una función positiva para el sistema político como cortina de humo, razón por la cual, quienes las programan han de ser quienes mueven los hilos «desde arriba». Es decir: los magos negros de todo este cotarro que toman el pulso al inconsciente colectivo –sienten que se está volviendo demasiado consciente– y entonces deciden que hay que enviar un huracán de miedo mediático para que, en este caso, vuelvan a sus trabajos tras el descanso veraniego y se reenganchen al terror.
Entonces es cuando encargan a sus delincuentes comunes (los Anglés y Ricard de turno) que rapten a una mocita para que realicen su ritual satánico y detener, mediante el miedo y el poder del ritual, el despertar. (Unos poquitos incendios cuidadosamente sincronizados no están mal para preparar el terreno: hay que recordar que unos días antes de que Diana Quer desapareciera, se encadenaron centenares de ellos en Galicia, lugar donde sucedió el rapto… y tierra natal del actual mandatario político que se presenta a la investidura).
Si estoy en lo cierto, esta sería la estructura satánica que conectaría con la política y que se encuentra en la cima del poder en España.