La cosa se complica (y mucho). Según Sorcha Faal, el Mossad israelí ha proporcionado a los patriotas norteamericanos un vídeo del ex presidente Bill Clinton violando a una niña de 13 años en una de las fiestas organizadas por el millonario sionista Jeffery Epstein en su isla del Caribe (un asunto del que he hablado varias veces ya). El tal Epstein era tan sólo el testaferro del magnate judío propietario de la firma Victoria’s Secret, Leslie Wiesner, quien le puso al mando del fondo de inversión J. Epstein & Company y cuya principal actividad era liar a mandatarios internacionales a satisfacer sus perversiones a la isla de Epstein, para así poder chantajearlos gracias a esas grabaciones en el bien de… Israel. Esta operación es conocida bajo el nombre de «Clothing Shop Network». [Por una simple deducción, entiendo que los «ángeles» de Victoria Secret forman parte de la trama].
La cosa se complica cuando nos enteramos de que el señor Donald Trump también era otro de los visitantes a las orgías de Epstein aunque, hasta donde se sabe, siempre con mujeres, y no con niñas, como el marido de la candidata a la Casa Blanca. Y todavía se complica más, cuando nos enteramos por uno de los emails filtrados por Wikileaks de que los estrategas de Hillary Clinton habían visto con buenos ojos la promoción de Trump, como un candidato «batible», seguramente porque conocían sus visitas a la isla de Epstein.
Habrá que estar atentos a las novedades sobre este caso, y sobre todo, si se acaba filtrando el vídeo de Clinton violando a la niña. (En España ya hemos tenido recientemente varios vídeos de sexo en grupo grabadas con un teléfono…).