Con este artículo se entierra el último mito del siglo XX y de la ciencia sionista.
Si ya hace tiempo que había sugerido la posibilidad de que el mediocre joven Albert Einstein (que no denotaba ninguna brillantez en su época de estudiante) pudiera haber copiado sus ideas cuando trabajó en la oficina de patentes, con este artículo memorable se acaba para siempre el mito, convertido en un plagiador y un invento del naciente «star system científico».
Para regocijo de las feministas (¿podrán más ellas o los sionistas en esta reivindicación de la Verdad?), el genio judío se aprovechó de las ideas de su brillante segunda mujer, la serbia Mileva, a la que incluso tuvo que darle el dinero del Nobel en base al contrato de divorcio que ambos firmaron. Prueba inequívoca de que no era él, el genio, ¡ SINO ELLA!.
Por pura intuición y deducción, sabiendo que la tal Mileva era serbia, estoy por asegurar que en toda esta jugada aparecerá una relación entre ella y el también serbio Nicola Tesla, que acabará por clarificar la cuestión.
[DICHO Y HECHO: «Durante sus años de universidad fue amiga de Nicola Tesla!», Wikipedia dixit. Y más gente que piensa lo mismo.]
En toda esta entronización del relativismo hay una conspiración metafísica. “Einstein -reconoce un relativista como Eddington- abolió el infinito, modificó ligeramente sus ecuaciones para hacer que el espacio a grandes distancias resultase curvo, hasta quedar cerrado“. Es decir, nos «encerró» en una prisión metafísica.
Como dice el profesor Thruillier en la revista “La Recherche” (nº 96, enero 1996, pág. 16):
“Todo acontece como si la física relativista fuera, en un dominio particular y concreto, la realización de un programa mucho más amplio: construir un mundo “suprapersonal”, un mundo situado más allá de nuestras sensaciones y nuestras percepciones, pero dotado de una realidad superior“. Sólo recordemos el papel que en todo este entramado ha jugado el “Council on Foreing Relations” (CFR) de los EEUU, así como la Trilateral.
Como corolario, nos enteramos de que el sionista Einstein pidió una y otra vez la utilización de la bomba atómica durante la segunda guerra mundial. Así que, de pacifista, «ná de ná».
Lo dicho, este artículo, enviado por Andrés Guzmán, sí es HISTÓRICO.
PD: Al final, todos los plagiadores que no citan sus fuentes, quedan al descubierto. Es la Hora de la Verdad.
PD 2: En esta otra página, se dice que el investigador de la ciencia Abraham Joffe afirma haber visto un documento en el que la teoría de la relativitidad era firmada conjuntamente por Albert Einstein y su mujer, Mileva.
PD 3: Albert Einstein sobre Mileva: «Everything that I achieved in my life, I must thank Mileva. She is my genius inspirer, my protector against the hardships of life and science. Without her, my work would have never have been started nor finished.» -Albert Einstein quote for Mileva Maric, in 1905.