Como hemos ido conociendo en los últimos años, las dos columnas Jachín y Boaz (en este caso, torres) son una referencia al Templo del Rey Salomón venerado por los masones. Si le añadimos un obelisco, el templo masónico queda completado. Pero si todavía decimos que el arquitecto se apellida Calatrava, de la Orden de Calatrava de toda la vida, la cosa queda meridianamente clara. Recordemos que el argumento de la película «El día de la bestia» de Alex de la Iglesia giraba en torno al satanismo y su punto central eran las Torres de la Plaza Castilla en aquel entonces en construcción, y ahora, con el añadido del obelisco, terminado finalmente.
Las otras Torres construidas en el mismo eje de la Castellana, igualitas a las que se están construyendo en paraísos fiscales como Dubai o los Emiratos Árabes, forman parte de la misma geometria babilónica-masónica.
Los masones madrileños pueden estar de enhorabuena, y también el Dajjal, por supuesto.
