En momentos HIPER-REALES de la Historia como éste, casi que huelgan las palabras.
Lo único que se me ocurre es que deberíamos abogar por la desaparición de las elecciones al Parlamento Europeo; por lo menos quedaría bien claro quien manda en realidad.
PD: Revisionando la entrevista al ex economista de Wall Street en Valencia, con mi amigo Carlos (hoy a las 20 horas, Café Tendur) me puse a buscar el origen del Jubileo, práctica sagrada en la Antigüedad, por la que cada 49 años se condonaban las deudas y los esclavos eran liberados.
Pues resulta que esta práctica fue abolida por los judíos ¡en su exilio en Babilonia! Es decir, que se fue vaciando de contenido hasta que llegó al catolicismo con la nimiedad de «perdón de los pecados» ¡olvidándose del tema de la deuda! Curioso, ¿verdad?
Así pues, la solución, fíjate por dónde, está en la Biblia: ¿qué tal si se decreta un Jubileo Mundial celebrando la llegada del Mesías?
