«Y al final de los tiempos, todo se sabrá». Mientras continúa el condicionamiento para hacernos creer que el suceso Hiperreal de Toulouse fue real y, al mismo tiempo, se oculta que el negrito muerto en Estados Unidos fue a manos… ¡de un judío! (Zimerman es apellido judío), The Guardian publica la historia de un antiguo infiltrado del FBI que desvela la trama entera de la ingeniería social para generar «terroristas» como el francoargelino Merah, supuesto autor de la masacre francesa.
Y está en la portada de «Menéame» con un titular acertadísimo: «Ex informante del FBI: «está todo preparado, no hay caza real de terroristas».
Acto seguido, conoceréis la historia de Craig Monteih, captado en un gimnasio por el FBI para infiltrarse en una mezquita, incitar a los jóvenes musulmanes a convertirse en terroristas, grabar sus declaraciones para, cuando necesiten un malo, ‘venderlos’ a la Justicia como los culpables del 11M, los del 7J, el famoso Mohamed Atta del 11S o el tal Merah de Toulouse.
Este artículo de The Guardian que podréis leer a continuación en castellano es la prueba definitiva de que hay una conspiración interna en los servicios de seguridad para que sepamos la Verdad.
Que es, ni más ni menos, justo lo que hemos ido contando desde páginas como ésta desde hace años. (Aunque el artículo es de hace 4 días, Monteilh salió a la luz, hace 2).
«Craig Monteilh dice que no se resistió, cuando sus operadores del FBI le dieron el visto bueno a tener relaciones sexuales con las mujeres musulmanas que su operación encubierta tenía como objetivo. Tampoco, en ese momento, se asustó grabando sus charlas en la cama.
«Decían, si aumenta la inteligencia, sigue adelante y ten relaciones sexuales. Y así lo hice,» dijo a The Guardian Monteilh mientras describía su año como informante confidencial del FBI enviado a una misión secreta para infiltrarse en las mezquitas del sur de California.
Se trata de una afirmación asombrosa directa al corazón de la vigilancia de inteligencia de las comunidades musulmanas en Estados Unidos en los años posteriores a 9/11 (11 de Septiembre). Mientras líderes de la policía y del FBI han insistido en que actuaban para defender a Estados Unidos de un ataque terrorista, grupos de derechos civiles han insistido en han ido demasiado lejos en repetidas ocasiones y han catalogado a todo un grupo religioso como sospechoso.
Monteilh estuvo involucrado en una de las tácticas más controvertidas: el uso de «informantes confidenciales» en los casos llamados incitación al delito. Esto ocurre cuando los sospechosos realizan o planean falsos «ataques» terroristas a la orden o bajo la estrecha supervisión de una operación encubierta del FBI con informantes secretos. A menudo, los informantes tienen graves antecedentes penales o se les provee con una motivación financiera para pescar sospechosos.
En el caso de los Cuatro de Newburgh – donde cuatro hombres fueron condenados por un falso ataque terrorista contra objetivos judíos en el Bronx – un informante confidencial ofreció 250.000 dólares, vacaciones gratis y un coche de lujo a uno de los sospechosos en busca de ayuda para realizar el ataque.
En el caso de Fort Dix Five, el cual involucró un falso plan para atacar una base militar de New Jersey, el pasado criminal de uno de los informantes incluía intento de asesinato, mientras que otro admitió ante el tribunal que al menos dos de los sospechosos, más tarde condenados a cadena perpetua, no tenían conocimiento alguno del montaje.
Estas acciones han llevado a grupos de derechos civiles musulmanes a preguntarse si sus comunidades están siendo atacadas injustamente en un juego de espionaje operado contra ellos. Monteilh dice que esto es exactamente lo que está sucediendo.
«También terminó en la cárcel después de que la policía de Irvine lo procesara por estafar a dos mujeres, incluyendo a una ex novia, como parte del comercio ilegal de la hormona de crecimiento humana en gimnasios. (Monteilh reclama que esas acciones se llevaron a cabo como parte de otra operación secreta que el que se vio obligado a llevar a cabo.)
Lo que no está en duda es que la identidad Monteilh se hizo pública más tarde. En 2009, el FBI presentó una demanda en contra de Ahmad Niazi, un inmigrante afgano en el Condado de Orange.
La evidencia incluyó grabaciones secretas e incluso llamar a Osama bin Laden «un ángel». Ese era el trabajo de Monteilh y él mismo se marginó de la prensa ante el asombro de los mismos musulmanes que había estado espiando al darse cuenta de que Farouk Aziz – el radical del que habían informado al FBI hacía dos años – había sido en realidad un agente encubierto del FBI .
Ahora Monteilh dice que le montó una trampa a Niazi y que el FBIestaba tratando de chantajear al afgano para convertirlo en informante. «Construí toda la relación con Niazi. A través de mi coacción hablábamos de la yihad mucho», dijo. Los cargos del FBI en contra de Niazi fueron de hecho abandonados más tarde.
Ahora Monteilh se ha unido a un grupo civil de libertades (American Civil Liberties Union) contra el FBI. Sorprendentemente, después de una primera amistad con los líderes musulmanes del Condado de Orange como Farouk Aziz, y después de traicionarlos como Craig Monteilh, ahora han unido sus fuerzas de nuevo para hacer campaña por sus libertades civiles.
El testimonio de Monteilh acerca de su año de incógnito se ha puesto ahora en el corazón de un nuevo esfuerzo legal para demostrar que la operación del FBI en el condado de Orange se vocalizaba injustamente en una vulnerable comunidad musulmana, pisoteando los derechos civiles en nombre de la seguridad nacional.
El FBI no respondió a una solicitud de The Guardian para comentar el asunto.
No es la primera vez Monteilh ha cambiado de postura. En el caso de ACLU, Monteilh ahora se hace pasar por el apesadumbrado informante que reconoció el error de su pasado.
Sin embargo, en documentos judiciales anteriores presentados contra la Policía de Irvine y el FBI, los abogados Monteilh le presentan como el leal activo de inteligencia que libra la lucha contra el trabajo de las fuerzas del radicalismo islámico y fue abandonado por sus superiores.
En esos documentos, Monteilh se queja de que los agentes del FBI no actuaron con la rapidez suficiente en una pista que les dio acerca de un posible avistamiento de materiales para la fabricación de bombas. Ahora Monteilh dice que la pista no era fiable.
De cualquier forma, se suman a una historia que cambia mientras se narra. Pero ese hecho por sí solo va al corazón de la manipulación del FBI de tales informantes confidenciales en la investigación de las comunidades musulmanas.
Agentes del FBI con perfiles similares al de Monteilh – con un largo historial criminal, deseo por dinero en efectivo y flexibles con la verdad, han dado lugar a casos de alto perfil en presunta incitación al crimen que han conmocionado a grupos de derechos civiles en todo Estados Unidos.
En la mayoría de los casos, los informantes han ganado sus juicios y simplemente desaparecen. Monteilh es el único en hablar. Pero cualquiera que sea la realidad de su año de incógnito, es casi seguro que Monteilh tiene razón sobre el impacto de la Operación de Flex y la exposición de sus actividades encubiertas: «Debido a esto, la comunidad musulmana nunca confiará en el FBI de nuevo.»