Decir que en el Cono Sur están pasando cosas muy raras, dados los tiempos que vivimos, no es decir mucho, porque el Planeta entero está viviendo una mutación, pero a 8 meses del momento soñado, Chile y Argentina proporcionan cantidad de noticias a investigar. Fijaos.
El otro día, por segunda vez en apenas unos meses, UN LAGO ENTERO DESAPARECE en la Patagonia chilena. Por supuesto, ya se han inventado un palabro, es decir, un fenómeno, es decir, una Hiperrealidad, para explicar la cuestión pero, también por supuesto, las explicaciones sionistas, intraterrenas y de la Tierra Hueca deberían entrar dentro de las hipótesis.
Y es que la Patagonia no deja de generar noticias, como ésta de dos francesas que han desaparecido, concretamente, en la región de Salta.
Y en este clima, ayer estalla una «tormenta Godzilla» en mi Buenos Aires querido, dejando 17 muertos, que la corresponsal consciente de rafapal.com, Adela Kein, describe de esta manera. Con la mano en el corazón, no hay mejor forma de afrontar estos momentos apocalípticos que leyendo lo que escribe Adela.
Estaba en bsas esa noche, vi llover MUY fuerte, pero «no me enteré de nada». Eso me extrañó más tarde, que no viví ninguna tormenta arrasadora.
Era de noche, estaba en la oficina, llovía a lo bestia, por una hora y paró. Justo cuando se va calmando me voy en coche a donde había quedado, vi calles inundándose, pero yo de lo más tranquila, todo estaba bien. En mi realidad no había hecho más que llover a lo bestia, solo eso.
Al día siguiente salí y vi escenas «mini-post-apocalípticas», o sea: árboles enormes arrancados de raíz destrozando todo a su alrededor, coches aplastados, enormes vallas publicitarias caídas sobre las casas, ramas y mas ramas gigantes cortando calles, todo revuelto, mucha destrucción… y la gente … estaba tranquila, el aire también, eso era extraño…
También oí que había «piquetes» en los caminos y las rutas cortadas… pero la gente tranquila…
Iba viendo el escenario y no podía creer lo que había sido, realmente fuerte. Entonces empecé a pensar con que todo esto podría ser como un ensayo, el simulacro para prepararnos, una mini muestra de una escena que potenciada sería abrumadora y fue un poco escalofriante por un momento.
También vi el cielo barrido con ondas perfectas entre las nubes que me recordaban a HAARP…
Fui testigo de que mucha gente debió aterrorizarse, vivieron pánico de verdad!! Se inundaban sus casas, volaban los techos, caían los árboles… vientos feroces, truenos descomunales, de noche, sin luz… sin agua… incluídos 14 muertos… y muchos heridos…
No dejaba de sorprenderme que mientras sucedía todo esto, a mi me tocó estar arropada, contenta y ajena.
Ese día después, observando por la ventanilla del coche pensé: si se llegaran a venir las verdaderas pruebas de este año, esas de supervivencia que tanto nos quieren meter en la cabeza, intuyo que incluso estando en el «foco de la tragedia», habrá quien lo viva y quién no.
Será en apariencia para todos, pero es aleatorio, un «caos medido».
Al observar me preguntaba: ¿Por qué ese árbol destrozó todo justo ahí?, justo ese punto y no el de al lado que está intacto.
La gente lo vive con distinta intensidad e identificación, depende de lo que lo involucre a cada uno. Y la «lotería» de como te verás de involucrado en eso, dependerá de tu energía, tu confianza, tu dominio de tu pequeña y personal realidad. No sé como la diferencia entre ser arrasado por un árbol o «tener suerte» y salir intacto, es de unos milímetros.
El día después miles de personas seguían sin agua y sin luz, cortando las calles y sufriendo las pérdidas
materiales y humanas. La tv mostrando escenas brutales, como nunca habíamos visto, mucho sufrimiento, desapego, miedo, pérdida… y sin embargo, yo estoy a salvo, mi casa intacta, con luz, agua, todo lo necesario, tranquila y arropada de nuevo, igual que esa noche.
¿Es gracias a mi vibración que no atraje eso a mi realidad? Si es así, es muy estimulante comprobarlo.
Y en este clima, ayer estalla una «tormenta Godzilla» en mi Buenos Aires querido, dejando 17 muertos, que la corresponsal consciente de rafapal.com, Adela Kein, describe de esta manera. Con la mano en el corazón, no hay mejor forma de afrontar estos momentos apocalípticos que leyendo lo que escribe Adela.
