Curioso que en estos momentos finales de la batalla, Al Qaeda vuelva al lugar donde comenzó su «rutilante carrera» (Nairobi 1998, ataque a la embajada USA). Curioso porque, una vez «resuelto» (suponemos que con el asesinato por parte de las fuerzas de El Mossad de todos los asesinos MK Ultra), nos encontramos en un «limbo geopolítico», con la credibilidad de los tres líderes sionistas aparentes, Cameron-Hollande-Obama, en niveles por debajo de cero. [Digo «aparentes» porque Israel está a otro nivel, de hecho, son ellos los que han dirigido claramente el autoatentado de Kenia].
Es decir, que, a menos que planteen otro gran autoatentado químico o nuclear -hoy martes mismo, un avión con unas intenciones sospechosamente parecidas a los del 11-S fue interceptado en Nueva York ¡coincidiendo con la apertura de la Asamblea General de la ONU donde «las hostias» le han empezado a caer a Obama por todos lados, principalmente, las escuchas de la NSA. Con un gobierno tan frágil como el de Obama ahora mismo, muchas cosas se pueden cocer en Nueva York en estos días.
Titubeante en sus últimos informes, Benjamin Fulford niega en su último reporte la existencia de depósitos inmensos de oro en Indonesia y Filipinas, a través de sus propias -y supuestas- fidedignas fuentes.
Después de revelar que dos instancias Iluminati diferentes han tratado de comprarle recientemente, nos cuenta que Karen Hudes (la ex funcionaria del Banco Mundial) le ha revelado que hay 380.000 soldados de Estados Unidos, China y Rusia dispuestas a tomar Washington y que la reseñada huelga de camioneros del próximo 13 de octubre con destino a la capital podría ser la «tapadera»: se supone que los soldados irían escondidos en los propios camiones. [Mucho me extraña que una acción así se publicite abiertamente pues la sorpresa es la clave].
También nos cuenta que el centro comercial de Nairobi donde se desarrolló la masacre es propiedad de Frank Lowry, socio de Larry Silverstein, propietario del World Trade Center cuando sucedió el 11-S.
Como nota curiosa, Rusia Today publica hoy martes que «desaparecieron 50 kilos de oro en un vuelo París-Zurich». Extraño, ¿verdad?