Esta es la diferencia entre contar, o no, con un buen periodista.
El reportero de AP Matt Lee lanzó «sobre la lona» a la viceportavoz de Obama, Marie Harf, al inquirirle en varias ocasiones de dónde habían obtenido los datos para afirmar que Rusia era la culpable del derribo del avión malayo.
Una y otra vez, evita las evasivas de la portavoz y la deja en evidencia al arrinconarla y hacerla admitir que sus únicas pruebas «proceden de un vídeo que vimos en youtube» (y que se subió el día antes de la masacre).
Es para verlo. Lo único que se le puede echar en cara al periodista es que no se atreviera a contestar a la portavoz cuando afirma que «es de sentido común: ¿quién pudo hacerlo más que los pro-rusos?». «¡Ataque de bandera falsa!», debía haber respondido.
Un día después de este bochornoso ridículo, los expertos militares norteamericanos comienzan a recular al afirmar que Rusia no está implicada en el derribo del avión y que, probablemente, «se debió a un error de las milicias».
Por supuesto, todo esto tiene que ver con las pruebas aportadas por Rusia y que las cajas negras ya obran en posesión de las autoridades malayas que, por supuesto, obtendrán la evidencia de este clamoroso ataque de bandera falsa que va a generar una nueva debacle a los medios de comunicación oficial.
Y ahora, nos preparamos para la próxima jugada norteamericana para evitar su culpabilidad en la masacre.
El reportero de AP y Newsweek Robert Parry afirma que el ejército norteamericano cuenta con imágenes de soldados ucranios manejando el sistema de misiles BUK que derribó el avión. Bueno, pues la próxima mentira será contarnos que esos soldados en realidad eran milicianos pro-rusos disfrazados de soldados ucranios.
Una bandera falsa más.
Estad atentos para desmontar esta nueva mentira en cuanto aparezca.