Bajo la censura de los medios de comunicación oficiales, el escándalo de la manipulación del Libor afecta a los más potentes bancos occidentales, con ramificaciones en todo el «área OTAN».
En concreto, se ha revelado que los encargados de poner el precio de las divisas de intercambio se reunían en una hipersecreta «sala de chat» y se ponían de acuerdo en las cantidades y precios, vulnerando el principio número uno del liberalismo que dicen abrazar: la libre competencia.
De hecho, así es como manipulan las economías mundiales.
A día de hoy, los bancos ya han provisionado unas grandes cantidades para hacer frente a las multas que van a tener que pagar y que puede consumar la debacle del HSBC, Barclays, Deutsche Bank, JP Morgan, City, Goldman Sachs, etc.
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