[Actualización de este post. Se confirma la tesis que expongo. El jefe de la AMIA en 1994 era el banquero Rubén Beraja que participó en la deflagración del sistema bancario argentino, conocido como «corralito». Además, era amigo de Menem, y de origen sirio-judío. Buscad «Beraja» en este libro].
Lo que tiene haber completado el puzzle del poder es que, por la pura deducción y parecidos entre los atentados, puedes averiguar muchas cosas casi instantáneamente, porque la maquinaria del ataque de Bandera Falsa se repite e, incluso, el modus operandi.
Fue así como, mientras iba viendo el documental sobre el atentado a la sede sionista en Buenos Aires de 1994, me fui acordando del atentado en Madrid del 11-M y la curiosidad de que otra furgoneta, otra Renault (Trafic, en este caso, Kangoo, en el otro) constituya la «prueba» a partir de la cual se «construye» todo el caso, que está, evidentemente, preparado desde el principio como muy bien explican los periodistas y abogados que opinan en el vídeo. Si en el atentado madrileño se insiste en unas tarjetas telefónicas que no explican nada puesto que se desconoce el explosivo empleado, en este caso es una furgoneta que nadie vio, desoyendo a los testigos que aseguran haber escuchado dos explosiones. Si en el caso madrileño se les carga «el muerto» a varios confidentes (musulmanes) de la propia policía, en el bonaerense es un ladrón de coches… que colaboraba con la policía.
Está claro que ha sido manipulado pero, ¿con qué fin? El más plausible era comenzar la demonización de Siria e Irán pero… todavía faltaban 20 años para los intentos de invasión sionista. No encaja.
Tendría que haber otro motivo, ¿pero cuál?
Fue a la mitad del vídeo, cuando se citó un detalle que llamó poderosamente mi atención. Tres meses después del atentado, el parlamento argentino aprobó una reforma de su Constitución.
«Esto sí pudo ser un motivo suficiente», me dije, y ahí que me fui a bucear entre esa reforma para encontrar un detonante; una ley que hubiera constituido motivo suficiente para realizar esta extorsión.
Me leí lo que ponía en la Wikipedia y encontré un dato (que ya había comentado en esta web meses atrás): la Reforma Constitucional de 1994 aprobó que la capital del estado tuviera una Constitución propia. La reforma comenzada en 1994 fructificó en que en el año 1996 se generó la Corporación (Entidad) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por sus siglas CABA. Y esa ciudad autónoma tiene ¡una judicatura y una policía independientes! ¡Pero es que ningún argentino se ha dado cuenta la conspiración que ello implica! ¡Una judicatura y una policía independientes implican, de hecho, que es un estado propio! ¿Y qué hay del fisco? ¿También es independiente? ¿Quién gobierna realmente la Ciudad Autónoma de Buenos Aires? ¿Habéis oído hablar de The Empire of the city? (El Imperio de las citys).
Como aquí ya muchos conocéis, existen al menos tres ejemplos parecidos en el mundo: la ciudad autónoma del Vaticano (dentro de Roma), la city londinense (dentro de Londres) y el distrito de Columbia (dentro de Washington) con la común característica de que son paraísos fiscales y no se rigen por la misma ley que el resto del país. Aunque, si me apuráis, Mónaco, San Marino, Liechtenstein y la propia Andorra vienen a ser lo mismo. En esencia, son «caballos de Troya» dentro de los propios países: paraísos para los piratas.
Aquí es cuando mi amiga argentina Adela (que me envió el vídeo) me viene a apoyar y me cuenta que el jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es un mafiosillo llamado Macri que, como Berlusconi, primero fue presidente de un club de fútbol (Boca Juniors) y que contrató al encubridor del atentado del AMIA (El Fino Palacios) ¡como jefe policial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires! ¡porque se lo recomendó la CIA y el Mossad!
Y aquí es cuando emito mi dictámen, por pura intuición, pero sustentado por centenares de investigaciones.
Teniendo en cuenta que la ciudad de Buenos Aires fue el origen del conocido como «corralito» del año 2001, me atrevo a sugerir que fue esa Nueva Constitución la que, en alguna de sus disposiciones, legitimó o posibilitó que las matrices de los bancos que quebraron se llevaran los ahorros de los bonaerenses a… Londres y Nueva York. (Recuerdo que Barclays Bank fue uno de los implicados). En otras palabras: el ataque contra la AMIA generó la fuga de capitales desde la ciudad autónoma de Buenos Aires.
De hecho, la recesión que llevó al corralito comenzó a mediados de 1998: apenas dos años después de la aprobación del estatuto de autonomía de la ciudad de Buenos Aires.
En esencia -y aunque nos pueda parecer algo muy sofisticado- fue otro ataque de los piratas similar a lo sucedido en el siglo XIX cuando los ingleses se hicieron con el puerto de… ¡Buenos Aires! Lo que pasa es que, en este caso, cambian las formas, se vuelven más sofisticadas. En lugar del bloqueo de antaño, se hace a través de ese chantaje-extorsión que supusieron: primero el autoatentado a la embajada de Israel (1992) y después, el bombazo a la sede sionista de Buenos Aires (1994).
Pero ahora viene «lo mejor». Lo más increíble.
Porque si estamos de acuerdo en que los sionistas manejan la banca mundial, ¿qué sentido tiene que los sionistas ataquen sus propias sedes y maten a sus propios hermanos judíos?
Sólo encuentro una explicación, sugerida ya en los vídeos «Dinero y dios»: y es que, como hizo Moisés cuando reprimió «la rebelión del becerro de oro-patrón oro», enviando a sus agentes de El Mossad y matando a 3.000 de sus compatriotas, los judíos de a pié saben que si no siguen las órdenes de los rabinos, les matan. Este es el gran secreto que ningún judío te confesará: no apoyan a Israel por gusto sino por miedo.
En otras palabras, si estoy en lo cierto, el atentado a la AMIA probaría que los judíos sufren un chantaje por parte de su casta sacerdotal, simbolizada por el estado de Israel. En este caso, el gobierno de Israel obligó a los judíos argentinos a mover los hilos para lograr la autonomía de la ciudad de Buenos Aires para así tener un «caballo de Troya» sobre la Argentina en su conjunto. Les obligaron a traicionar a sus compatriotas argentinos.
Así pues, y de rebote, he dado con la clave de las inauditas fugas de divisas que tienen mosqueada a Cristina Kirchner: ¡se escapan por el puerto de Buenos Aires, señora Kirchner! ¡Tiene usted que derogar el estatuto de autonomía de la Ciudad de Buenos Aires y asunto ‘solucionao’! ¡Le metieron un caballo de Troya con el atentado de la AMIA!
El periodista Juan Salinas es un hombre que sabe mucho del asunto. Más abajo, un interesante vídeo.