Todos los estudios que hasta ahora pretendían demostrar la idoneidad de la educación de un niño por parte de una pareja homosexual habían consistido en pequeñas muestras seleccionadas entre militantes LGTB, es decir, sesgadas.
El primer estudio sobre una muestra consistente (2.000 ejemplos) ha demostrado categóricamente que los niños criados en esos ambientes desarrollan un sinfín de patologías psicológicas y sociales, lo que está causando un profundo malestar entre los supuestos «progresistas» norteamericanos.
La traducción de este artículo es bastante deficiente, pero se entiende.