[Actualización: El convoy del príncipe heredero saudita causó la catástrofe].
Todos sabéis que ayer se produjo una estampida en La Meca que causó un millar de muertos. No es la primera vez; de hecho, han habido varias parecidas en las últimas décadas.
Puede que sepáis que el pasado 11 de septiembre se cayó una grúa en la propia ciudad santa que causó la muerte de 100 personas.
El asunto es que al día siguiente de producirse este accidente, alguien me envió un artículo fechado el día 5 de septiembre en la que se profetizaba un atentado de bandera falsa en La Meca. Si bajáis un poco en esta página, de una persona que se hace llamar «La voz de la Casa Blanca», lo encontraréis. Bien es cierto que habla de un ataque por parte de unos helicópteros con la insignia de Israel, orientados a provocar una guerra contra el estado hebreo, pero la coincidencia de ambos sucesos mueve a las dudas.
Sobre todo cuando uno se entera de que el origen de la estampida que provocó la tragedia de ayer fue el inesperado e injustificado cierre de varios corredores alternativos por parte de las autoridades sauditas. Los lectores españoles recordaréis la tragedia de la discoteca Madrid Arena en Madrid, en la fecha del día de Halloween, originada, también, cuando los responsables de la sala cerraron las puertas de emergencia de salida. Dos sucesos calcados, en definitiva, que, para más inri, tienen al diablo como protagonista, pues la tragedia madrileña sucedió en la festividad de Halloween y la musulmana, en el punto donde los feligreses apedrean a la representación de Satanás.
Ahora mismo, no me atrevo a señalar los responsables de las tragedias en La Meca aunque estoy casi seguro que fueron provocadas y que las autoridades sauditas tienen algo que ver: ¿con qué motivo? ¡Estarían disparando piedras contra su propio tejado!
Como ya sabéis, la estabilidad del actual gobierno saudita cuelga de un alambre, una vez que Yemen está invadiendo su territorio, luego las tragedias podrían generar el típico efecto «padre protector» por el que los ciudadanos se unen en torno al jefe del estado. Por otro lado, tampoco es descartable que un tercer agente pretenda el enfrentamiento entre musulmanes.
Esperemos a ver si sucede un tercero (Allah no lo quiera). De ser así, entonces sí se puede liar una bien gorda.
PD: Después de la noticia de que el príncipe heredero y ministro de defensa provocó la estampida, se confirma la conspiración.