Conversación mantenida hace escasos cinco minutos con la china a la que le compro la comida cuando no quiero cocinar.
Mientras que espero a que se haga la comida en su restaurante, le comento lo que me contó su compatriota el otro día sobre que en China el pago a través del teléfono móvil está desplazando al dinero tradicional. Tras unos cuantos intentos, le hago comprender lo que quiero decir en un castellano tendente al lenguaje de los pieles rojas (ya sabéis). Me contesta.
-Sí, eso, viejo, yo ver hace dos años, todo el mundo pagar con móvil en China.
Después le saco la noticia de que el gobierno chino ha derogado la ley que prohibía tener más de un hijo y se le encienden los ojos cuando le pregunto si es una buena noticia para ella. (Contrariamente a lo habitual, es una china muy simpática y expresiva).
-¡Ah, síiii! En China gustar mucho los niños, aquí la gente prefiere perros, pero a chinos gustar más los niños que los perros, son más cariñosos. Los niños son mejores que los perros, aquí no, aquí prefieren perros -me contesta con una inocencia que desarma.
Por un momento, traté de explicarle el tema de la guerra de sexos prefabricada y el tema económico pero consideré que su castellano imposibilitaba comunicarle algo tan complejo. Pero su frase me pareció impactante, por lo cierta.
En mi sociedad, la gente prefiere los perros a los niños. Sniff.
PD: Como prueba de que la china tiene razón: en España ganan día a día los adeptos de un partido que lucha por la libertad de los animales ¡y les da igual la esclavitud de los seres humanos! O sea, que sí: en mi sociedad hay gente que prefiere los animales a los seres humanos.
Hombre y Mujer — 6 noviembre, 2015 at 2:09 pm