Os lo vengo avisando desde hace meses: el gran peligro para la paz mundial se llama Turquía. En los últimos días, hay un auténtico hervidero de noticias relativas al antiguo imperio otomano. Hoy nos levantamos con la noticia de que el presidente Erdogan ha enviado mil tanques y vehículos militares a la frontera siria, mientras que los vínculos entre la familia del presidente y el tráfico de petróleo de los terroristas se han convertido en portada de diferentes periódicos europeos. Está claro que Turquía es la elegida para crear una guerra mundial.
El problema es que van a tener muy difícil que Europa se ponga de su parte cuando, como digo, un diario árabe ha publicado un informe con todo lujo de datos que detalla la ruta del petróleo del ISIS hasta los mercados legalizados, una ruta que es calcada a la de la piratería de hace siglos.
Los piratas/terroristas trasladan el petróleo robado a los iraquíes y sirios a través de la frontera con Turquía mediante la ruta controlada por el hijo del presidente, Bilal, que legaliza los barriles poniéndole el sello del Kurdistán, hasta llegar a las manos de un judío cuyo alias es «El tío Farid», cuyo retrato robot estáis viendo y que a su vez, lo vende a tres compañías israelíes que los colocan en el mercado. [La razón de la bajada del precio del petróleo de los últimos meses es este petróleo de «black friday» (pirateado) del ejército islámico]. Los puertos turcos desde donde sale el petróleo son los de Mersin, Dortyol y Ceyhan. Una refinería italiana propiedad del presidente de un equipo de fútbol (?) es el enlace de este petróleo pirateado a Europa. Los pagos se realizan a través de un banco turco, vía el Tío Farid, y de vuelta a Raqqa y Mosul, «lavado» a través de unas compañías de cambio de moneda.
Como veréis al leer el artículo, los nombres de las personas implicadas, las rutas y las compañías están perfectamente controladas, señal de que la coalición Rusia-Siria-Irán-Irak no tiene más que cortar esas rutas y señalar a esas personas para acabar con ese comercio de piratas, que se están llevando 19 millones de dólares por mes, vendiendo con un beneficio de entre 15 y 19 dólares el barril.
PD: En estos momentos estoy leyendo un importantísimo libro sobre la historia de la piratería, reeditado por la Junta de Andalucía, que ha acabado cualquier tipo de dudas: los piratas y los terroristas son la misma cosa. En unos días os contaré las pruebas documentales.