Un asesinato de una cantante y una matanza en un club en menos de 24 horas, ambas en Orlando, Florida. Confirmando mi primera impresión, Hillary Clinton parece estar detrás de ambos asesinatos, cuyo móvil, según Sorcha Faal, sería comprometer a Donald Trump, que mantiene una posición en contra de la homosexualización.
El dato que ya se había filtrado a primera hora del día es que el asesino afgano de la discoteca de Orlando, Omar Mateen, había trabajado para la empresa de seguridad israelí G4S. Ahora nos enteramos de que también el asesino de la cantante Christina Grimmie (Loibl) era parte de este mismo operativo, y ambos eran miembros de la misma célula terrorista que el georgiano de la matanza de Boston, estaban controlados por la CIA, y seguidos por los servicios secretos rusos.
También nos cuenta Sorcha Faal que a Loibl se le encasquilló su pistola cuando estaba disparando sobre la cantante, lo que aprovechó el hermano de ésta para sujetarle y, para impedir que hablara al ser detenido, otro de los operativos presentes le remató con un disparo en la cabeza. No pueden dejar huellas que permitan seguir la pista y llegar hasta el ideólogo de los crímenes.
Un día después, también en Orlando, y según Sorcha Faal, con ánimo de favorecer las aspiraciones políticas de Hillary Clinton, el asesino MK Ultra Mateen (cuyo padre aspiraba a la presidencia de Afganistán), dos oficiales de policía fuera de servicio impidieron que los comandos G4S mantuvieran las puertas de la discoteca cerrada, consiguiendo así que muchas personas lograran salir.
Este importantísimo detalle (que una persona, cómplice del asesino, impidió que más gente se salvara) fue filtrado por un informante en directo en la TV, un vídeo que ha sido censurado en repetidas ocasiones, al igual que otro, en el que se ve a los agentes del comando israelí G4S moviendo a gente. Ver vídeo más abajo en el que se muestra cómo los supuestos «buenos samaritanos» están llevando a las víctimas de nuevo al club.