Política actual — 6 octubre, 2016 at 4:09 pm

Documentos rusos y británicos demuestran que terroristas a sueldo de Hillary disponen de 400 misiles para generar un atentado nuclear y crear la III Guerra Mundial

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Esta vez me salto los cánones periodísticos, y no comienzo por la información fundamental. Me voy dos días atrás cuando la polémica Sorcha Faal relata la explicación a por qué Wikileaks no ha publicado la prometida información sobre Hillary Clinton que iba a acabar con su carrera. Y no lo han hecho porque de haber publicado los informes británicos del médico que la estaba tratando en Inglaterra, todos los líderes de Wikileaks habrían sido trasladados a Estados Unidos desde Europa y juzgados inmediatamente.
[No lo comenta Sorcha Faal, pero aquí hay que incluir el topo de la NSA que ha sido descubierto y juzgado precisamente ayer: evidentemente, forma parte de esta misma jugada].
Acto seguido, vuelvo a la actualidad con el último informe de Sorcha Faal que, tras confirmar que todo tiene que ver con el Armagedón financiero que desencadena la caída del Deutsche Bank, nos cuenta ayer mismo que un espía de Hillary Clinton perteneciente al ISIS ha sido capturado en Gran Bretaña.
Acto seguido, se relata la orden de captura por parte del servicio de inteligencia británico (SIS) sobre un ciudadano británico llamado Samata Ullah que es un agente de Hillary dentro del ISIS.
De acuerdo a un acuerdo antiterrorista entre el gobierno británico y Rusia del pasado mes de noviembre de 2015, aquel ordenó la detención del ciudadano británico de 30 años Samata Ullah, contratado por la firma de mercenarios Canopy LLC, al servicio de Hillary Clinton, que trabajaba como informático en el consulado norteamericano en Gales y que fue detenido cuando intentaba entrar en Siria procedente de Turquía. La firma Cannopy fue empleada por Hillary Clinton para enviar armas a los terroristas del ISIS desde Libia a Siria.
El servicio secreto inglés siguió la pista de Ullah descubriendo que en 2012 se había entrevistado con el embajador Stevens en la embajada USA en Londres con el traficante de armas -y empleado de Hillary Clinton- Marc Turi.
Gracias al espionaje electrónico ruso, se supo que 400 misiles norteamericanos tierra-aire pertenecientes al ejército libio de Gadafi fueron transferidos desde la embajada USA en Trípoli al consulado en Bengasi. Los norteamericanos prometieron entregar estos 400 misiles a la brigada terrorista Ansar Al Sharia a cambio de proteger el consulado USA en Bengasi.
Operando bajo las órdenes de Hillary Clinton en misión secreta, Stevens se reunió en Bengasi con el agente Ullah y el traficantes de armas Turi, enviando esos 400 misiles a diferentes lugares. Cuando el grupo terrorista se enteró de que les habían engañado, atacaron el consulado, capturaron al diplomático y le mataron después de violarle en repetidas ocasiones.
El ex fiscal general Joseph Di Genova -que lideraba a los confidentes que querían contar la verdad- advirtió que esos 400 misiles habían llegado a manos de Al Qaeda pero nadie sabe donde están. Los servicios secretos rusos y británicos que monitoreaban a Ullah hallaron documentos relacionados con estos misiles que desvelaban que era capaz de separar sus «cabezas». [Entiendo, a la luz de lo que está pasando hoy día, que para colocar bombas nucleares].
Esto último se supo porque, en lugar de detenerle, estuvieron espiándole hasta el pasado 22 de septiembre, encontrándole diagramas sobre la estructura de los misiles y documentos sobre cómo dirigir estas armas a distancia.
Nada más arrestarle, los servicios secretos británicos exigieron a Estados Unidos interrogar al traficante de armas Turi, que estaba bajo investigación por el gabinete Obama para que no implique a Hillary en el asunto.
Tras rechazar los requerimientos de la policía británica, sorprendentemente, anteayer martes 4 de octubre, el ministerio de justicia norteamericano liberó al traficante sin ningún cargo, bajo la promesa de no salir del país ni hablar con ningún servicio de inteligencia extranjero.
La sospecha de los servicios secretos ruso y británico -QUE EXPLICA EL MIEDO DE PUTIN A UN ATENTADO NUCLEAR- es que esos misiles están en manos de grupos terroristas adscritos a Hillary Clinton y que podrían cometer un gran atentado de bandera falsa para generar la guerra, en el caso de que la propia Hillary sea perseguida por la Justicia.
[Evidentemente, este es el tema que iba a sacar Assange esta semana y esta es la razón por la que no lo ha publicado].