General — 3 octubre, 2007 at 9:54 am

TVE hace apología del sadomasoquismo

by

Ayer, cuando llegué por la noche a casa, puse la tele. (A veces se me olvida quien la gobierna y tengo la esperanza de ver algo que mueva mis neuronas).
Recorrí las cadenas, y me detuve en La 2, que es la cadena para «Intelectuales» de la televisión pública española, para nuestros amigos latinoamericanos. Echaban un reportaje dentro del «prestigioso» programa «Documentos TV». Lo primero que vi fue unas escenas de una mujer pegando a otra que esta atada con cadenas, después la fustigaba con un látigo y acto seguido, tiraba con unas pinzas de sus pezones. Seguidamente, apareció la «ama» farfullando (le costaba bastante razonar su discurso, claro) que ella hacía realidad las fantasías de sus clientes, que hacía un bien social, y que había que saber hasta dónde llegaba el dolor que causaba placer. Después salió un psiquiatra (que, decididamente, estaba más loco que las otras) que intentaba explicar que el límite para estas prácticas debería ser «que se hicieran sangre». El apoteosis fue una tipa, llamada «Domina», que se iba con las cámaras al pueblo de sus padres (una aldea de Teruel) a presentar su libro en el ayuntamiento, en el que explicaba cómo había triunfado ofreciendo dolor a sus clientes. Ver las caras de los aldeanos poniendo cara de serios (¡está la tele en el pueblo!) ante semejante delirio fue lo que, por fin, hizo que mis risas estallaran. Pero cuando apareció una «abogada masoquista» con su capuchón puesto…. Uff. No sabías si iban en serio… pero sí, el reportaje pretendía humanizar el sadomasoquismo.
Señores y señoras, hay quien luego se extraña de que haya violencia en las casas y en las calles. Ayer, la televisión publica española explicó a los necios que es bueno conseguir placer a través de la violencia física. A este punto de decadencia ha llegado la civilización judeocristiana. ¿Qué nos queda, la zoofilia? ¿Serán capaces? Yo creo que sí.

Comparad esta locura que nos invade con el discurso del presidente de Irán de más abajo.