El NIST (National Institute of Standard Technologics) ha admitido en una carta a los familiares de unas de las víctimas del 11-S que «no tienen explicación total para el colapso de las torres».
En su escrito, admiten que los fuegos no llegaron a alcanzar los 500 grados Fahrenheit, mientras que el acero se derrumba a una temperatura de 1000 grados Fahrenheit y el punto de fundición es de 1500 grados. Con esta declaración, inserta en el informe de 10.000 páginas, la máxima autoridad sobre estructuras de la Administración USA admite implícitamente que sólo una demolición controlada pudo causar tal colapso.