Hace ya tiempo que considero el fútbol, y el deporte en general, como «el opio del pueblo» que diría Marx. La droga que hace que los esclavos se mantengan conformes y aletargados mientras sus amos los explotan. Cuando fui conociendo más sobre la estructura de poder mundial, reparé en que la mayoría de los deportes modernos nacieron en Inglaterra y Estados Unidos: fútbol, rugby, tenis, golf, baloncesto. Los mismos lugares que controlan la economía mundial.
Es ya sabido que los Juegos Olímpicos fueron una más de las influencias griegas que asumimos por influencia de la masonería, al igual que la homosexualidad, la falsa democracia y el pensamiento racionalista.
Siguiendo esta línea de pensamiento, me imaginaba que el fútbol había tenido que ver con la masonería. Bien, ahí va la prueba: el fútbol nació en una logia masónica. Leed, leed.
Y luego, preguntaros cómo es que buena parte de los equipos de fútbol españoles son «Reales». Real Madrid, Real Sociedad de San Sebastián, Real Sporting de Gijón, Real Club Celta de Vigo…
