El relato sobre la Historia nos cuenta que el Ser Humano practicaba rituales sangrientos para agradar a sus dioses, en la Antigüedad. El Antiguo Testamento, libro seguido todavía hoy por los judíos, relata con profusión de detalles cómo Jehová pedía a sus fieles el sacrificio de animales de una manera muy determinada para congraciarle. Los llamaba «holocaustos»… Quienquiera conocer más, tiene todo el Deuteronomio y el Libro de los Números, entre otros…
A pesar de que sabemos que esos sacrificios se siguen realizando en las regiones donde sobrevive la cultura ancestral africana (no sólo Africa, sino también en Cuba, Brasil, Haití, Venezuela o Colombia, donde se practica el vudú, candomblé, santería o macumba; yo mismo he presenciado rituales en Africa y Cuba), lo cierto es que son muchas las sospechas de que esos rituales ancestrales también se siguen practicando por los judíos, cuya religión es tan antigua como los ritos africanos. Hace unos meses, os proporcioné un libro en el que se relataban los desmanes con niños sacrificados en toda Europa durante la Edad Media, ligados a esa comunidad religiosa que, como digo, se basa en los sacrificios rituales a su Dios. Algunos habréis oído hablar de la dieta «kosher», la dieta que sigue la comunidad judía, hasta el punto que decir «kosher» es lo mismo que decir judío, por ejemplo, a la espía Mónica Lewinski, evitando llamarla «judía», algunos medios yanquis la llamaban «kosher». Bien, pues al margen de ser una dieta muy saludable, que evita mezclar determinados alimentos, en la línea de la cocina macrobiótica, se diferencia de esas dietas vegetarianas en que sí se permite comer carne. Pero una carne muy especial, pues el animal que coma un judío debe haber muerto degollado y desangrado previamente. ¿Por qué las asociaciones de defensa de los animales no denuncian esta práctica? Y, todavía más importante, ¿Por qué ese ensañamiento? ¿por qué precisa Yahvé que muera así el animal? Bien, la explicación es que el animal muerto en estado de pánico produce más neuropéptidos, luego su carne es más «rica» en proteínas. Nos quedamos sin saber si la proverbial agresividad del pueblo judío en los negocios, provendrá de esa dieta rica en animales torturados…
Lo que sí podemos aventurar es que la falsa bandera del «mal de las vacas locas» fue, sin duda, un sacrificio ritual (¡millones de vacas!) al Dios de la Guerra, Baal, antes de la campaña de guerras de conquista de «la Tierra del Edén», es decir, Mesopotamia. (Recordad que la paranoia se desarrolló en el 2001, meses antes del falso ataque del 11-S). Y la prueba está en que, en estas fechas previas a un ataque a Irán, Siria y Líbano, el temor vuelve a propagarse por la Falsimedia.
Hoy, os propongo la lectura de este excepcional libro que me ha llegado (el autor es mejicano, pero su nombre no se especifica en el documento que me llegó) en el que se explica el porqué de los sacrificios. ¿Qué obtienen de estas muertes sádicas y rituales?
La explicación viene por las energías que mueven el dolor y el pánico, unas energías de una densidad similar a la de las entidades «del lado oscuro» que pueden así manifestarse. De esa manera, durante los rituales masónicos de hermandades como el Bohemian Grove, los Skulls and Bones, o el Consejo de los grados 33 de la masonería, las personas que acuden a ellas, acabarían siendo poseídas por esas entidades que, a partir de ese momento, dirigirán las acciones de esos «iniciados».
El libro entero es muy interesante pero, para el tema que nos ocupa, os recomiendo desde la página 51 a la 67. misterios.doc
