Me encuentro en uno de esos lugares del mundo donde el tiempo se ha detenido y toda la prisa que hayas podido acumular se deshace como un azucarillo en un «tinto» (así es como llaman al café en estos pagos). Estoy en Mompos, una población de una isla en el Río Magdalena que parece trasplantada desde Extremadura… al Caribe.
Ayer dejé Medellín, donde tuve la inmensa suerte de conocer al genial inventor Magnum Astron, que es uno de esos genios que están encarnados hoy día en la Tierra para cambiar la forma en la que vivimos (ved el mensaje de mañana de Ashtar Sheran). Resumir a un personaje como Magnum en pocas palabras sería parecido a hacer lo propio con Leonardo Da Vinci, con el que, por otro lado, guarda muchas similitudes. Pintor, músico, karateka, patinador, urbanista, físico, ingeniero electrónico… y sobre todo, discípulo (espiritual) de Nicola Telsa, Magnum es como un niño grande, un soñador que está poniendo las bases en Medellín para la ciudad del futuro. A la vuelta a España, le podréis conocer, al igual que a Amanda Ramírez, la contactada más fabulosa que haya podido conocer hasta el momento.
Como siempre, la dudalidad…. El lugar que ha sufrido (junto a Palestina) la guerra más larga y absurda del Planeta está pariendo a los más grandes genios, los mayores casos de avistamientos ovnis y las mejores soluciones para el Planeta. Algo grande se está gestando en Colombia mientras el Sistema de la Mentira cae irremisiblemente.
La última película que me impactó realmente fue «La vendedora de rosas», una película colombiana interpretada por niños que contaban su propia vida en la calle… La niña protagonista se me quedó grabada para siempre como a todo aquel que haya vivido (no se ve, se vive) ese filme. Un amigo me contó que el ser que encarnaba a la protagonista, Lady Tabares, había muerto. Cuando vi esa película me juramenté intentar ayudar a esos niños si alguna vez pudiera.
Por eso, hace dos días, en Medellín, cuando iba al cibercafé y me crucé con un niño que estaba esnifando pegamento, pensé en hablar con él… Pero la prisa me llevó al ciber…
Fue a la vuelta, cuando, sincrónicamente, me lo crucé otra vez, que me dirigí a él y le dije algo así como:
«Eso que te estás metiendo es una mierda, hermano, te saca del mundo».
«Eso es lo que quiero», me dijo más o menos.
Comenzamos a hablar, no tenía más de 11 años. Llevaba en la calle un mes, su familia le había echado de casa porque le acusaba de haber vendido una máquina para cortar el pelo, que costaba 10.000 pesos. Le dijeron que hasta que no devolviera el dinero, no regresara.
Hablamos un ratito, le habían robado, estaba desesperado. Le pregunté cómo me aseguraría yo de que no compraría más pegamento si le daba el dinero; el cogió el bote y lo lanzó al otro lado de una valla. Entre sollozos, me dijo que creía en Dios, y que había visto «La vendedora de rosas»: no quería acabar como la niña de la película, me confesó.
«Y en los extraterrestres», le pregunté.
Se echó a reír. Le di el doble de lo que valía la máquina y dinero para ir a su casa. Yo me fui a la mía, cagándome en los huevones de los ETs que no bajan de una puta vez para acabar con esta mierda.
Mi padrino, Alberto, había visto también «La vendedora de rosas». Me contó que la niña, Lady Tabares, no había muerto como me habían dicho sino que había sido encarcelada por ayudar a cometer un crimen, delito que ella aseguraba ser falso. Curiosamente, me contó que el barrio donde había andado esa mañana (Popular) era el mismo donde se desarrollaba la historia que tanto me conmovió. (Allí han hecho una obra de ingeniería llamada Metrocable, digna de conocerse).
Nos metimos en Internet y encontramos esta entrevista con esa Cenicienta encarnada realizada en la cárcel donde ahora se encuentra. Hay que escucharla para conocer a este tremendo Ser Humano que responde al nombre de Lady Tabares. Que pueda estar entre rejas una diosa de ese calibre es síntoma de la decadencia a la que hemos llegado.
Tras escuchar la primera parte de la entrevista, me juramenté iniciar una campaña mundial a mi regreso para conseguir la liberacion de «Lady». Si no habéis visto la película, hacedlo… con subtítulos porque la jerga de la calle es muy difícil de entender.
De nada nos sirve ascender espiritualmente, si los niños del Planeta Tierra sufren como lo hacen ahora mismo.
Por mi parte, me doy de baja en la «Federación…» si no son capaces de ayudarnos a solucionar esto YA.