El biólogo evolucionista va a «pagar» una campaña en los autobuses londinenses que pone: «probablemente, Dios no existe«, «preocupado por los mensajes de condenación eterna». Aunque dudo muchísimo que sea él quien la pague ni tampoco la supuesta campaña que ha puesto en marcha, el mero hecho de que se plantee tal campaña implica una preocupación entre quienes mandan en el Planeta por la emergencia de las profecías, que están haciendo a muchos reflexionar sobre su comportamiento.
La locura a la que han llegado los biólogos para intentar refrendar la ideología dominante alcanza el punto culminante al leer este artículo de El Mundo que ningún periodista ha querido firmar. No tengo palabras.