Si recordais, lo sugerí hace tiempo. La manera en la que llegó la bella Carla Bruni a ser primera dama de Francia (Sarkozy acababa de quedar abandonado y, en menos de un mes, se la presentan y deciden casarse), con todo el boato mediático de la boda entre la bella y el presidente (sionista) me indujeron a pensar que Carla Bruni es una esclava sexual MK Ultra (tipo Cathy O’Brien, Arizona Wilder o Marilyn Monroe). Que se la habían «colocado», vaya, como dama de compañía. Hace un par de días, Silvio Berlusconi me ha dado la razón (aunque ahora lo desmiente). Leed, leed.
Por resumir: las élites cuidan desde pequeñas a adolescentes que les sirven sexualmente y a las que «prestan» a sus homólogos y, al mismo tiempo, actúan como espías aún sin saberlo. A cambio, las hacen «estrellas» de las pasarelas, el cine o la música (véase, Madonna, por ejemplo).