Esta mañana me he despertado con un sueño radicado en Nicaragua en el que cooperantes de una ONG enviaban informes sobre la quema de la selva que eran aprovechados por «los malos». (Vaya sueños que tiene éste, diréis, jajajaa). El caso es que, inmediatamente, me he acordado de cuando estuve en Guatemala, en un programa de acompañamiento de comunidades exiliadas en Méjico a cuenta de la guerra, financiado por Intermón (hoy, Oxman). Me acuerdo de que enviábamos informes muy neutros acerca de lo que en la comunidad (con vínculos solapados con la guerrilla) pasaba. También hoy he recordado que, cuando hicieron el proceso de selección, nos contaron que Intermón fue fundado por los jesuitas aunque (no se sabe muy bien cómo ni por qué), se había «secularizado» y los jesuitas habían dejado de dirigirla.
Curiosamente, hoy he publicado un interesante debate entre dos investigadores acerca de la ya clásica polémica entre los conspiranoicos: si son los sionistas o los jesuitas quienes dominan «todo el cotarro». http://www.rafapal.com/?p=1915
Todo esto viene a cuento del proceso de infiltración y asesinato a manos de paramilitares en América Latina y lo que está ocurriendo actualmente en Irán o lo que pasa en Darfur-Sudán. ¿De dónde procede la información para asesinar a sindicalistas y líderes campesinos? De infiltrados. ¿Pueden, sin quererlo ni saberlo, los ingenuos cooperantes estar colaborando con sus informes para que asesinen a aquellos a quienes quieren defender? ¿Saben realmente los cooperantes quien está al mando de la ONG a la que representan? Como curiosidad, os contaré que el judío Kouchner, actual ministro de Asuntos Exteriores de Sarkozy-Francia fundó tanto Médicos sin Fronteras (1971) como Médicos del Mundo (1980). ¡Qué casualidad, no? ¿Puede esto explicar a dónde van los informes que sin duda escriben los cooperantes de esas ONGs en lugares como Darfur?
Mirad el mapa del mundo y los distintos conflictos y os daréis cuenta de que, allí donde están los cooperantes (Colombia, por ejemplo) es donde más asesinatos selectivos se cometen.
La figura del infiltrado es fundamental para entender hoy día todos los conflictos.
A lo largo de los últimos años, os he ido relatando los intentos de los países sionistas por derrocar el gobierno de Irán, el único (junto a Chávez en Venezuela) que se ha atrevido a levantar la voz a Israel y hablar claro sobre el chantaje del holocuento. Os he contado cómo los servicios secretos de El Mossad, el MI5 y la CIA han dedicado ingentes cantidades de dinero para financiar la oposición iraní e infiltrar a sus agentes.
Revisando el modus operandi de esta revolución de chichinabo, os encontraréis con el recurrente colorcito de las útimas revoluciones prefabricadas (verde, en este caso), las clásicas «manos blancas», las revueltas secretamente organizadas (esta vez, a través de las redes sociales de Internet) y, cómo no, la tutela de los países sionistas.
Todo ello, nos aboca, indefectiblemente, a una «Operación Gladio» destinada a eliminar el mayor enemigo del estado de Israel en la zona por medio de la infiltración y las revueltas prefabricadas.
No por casualidad, durante mi estancia en Venezuela, el holocausto fue uno de los temas por el que más me preguntaron los periodistas que me enfrentaron.
Os envío dos links a sendos vídeos de entrevistas en televisiones y otro a una entrevista en el canal internacional de la Radio Nacional Venezolana. El otro tema por el que me preguntaron fue el 2012. Mañana os envío más información sobre el tema.
http://vimeo.com/5303717
http://vimeo.com/5307732
http://www.stickam.com/viewMedia.do?mId=184455158
