Aunque la noticia viene de Sorcha Faal y sus informadores rusos, como todas, tiene su origen en informaciones de prensa oficial. Una investigadora de alto nivel norteamericana destruye la investigación que estaba llevando a cabo (valorada en medio millón de dólares) por el «mal karma» que le generaba. La información del periódico Mercury explica que la tal Oommachen destruyó 86 cristales de proteínas pertenecientes a tres containers criogénicos del Stanford Synchrotron Radiation Lightsource.
La explicación adicional nos informa que el SLAC, Laboratorio Nacional de Acelerador, investiga la estructura final de la materia, y las propiedades de la energía, la materia y el tiempo, y que en concreto este proyecto estaba dirigido a entablar contacto con lo que los antiguos llamaban «los dioses» y nosotros, seres de otras dimensiones extraterrestres.
Toda esta investigación nos remite a otro científico maldito, de nombre Sommerfeld, y de los no menos malditos, «taquiones», micropartículas más rápidas que la luz, que se utilizan actualmente en el campo de las terapias holísticas, perseguidas por la ciencia oficial pero, como vemos, investigadas por la ciencia real, la oculta. El tal Sommerfeld fue ninguneado en vida, a pesar de ser uno de los grandes genios de la Alemania nazi y propuesto para el novel 90 veces. La razón es que retomo las investigaciones (cómo no) de Nicola Tesla a la teoría de la relatividad de Einstein y la mecánica cuántica, conocida como «El arco de Tesla en el campo cuántico» y su «Teoría dinámica de la gravedad» que resolvía la curvatura del espacio de Einstein con la propuesta del taquión y la posibilidad de la comunicación para la comunicación con otras entidades dimensionales y estelares.
Sabido era que Tesla intentó comunicarse con esas otras entidades (el Proyecto Sigma de Sagan es heredero de él y la propia NSA) pero lo que nos deja perplejos es que esas investigaciones dan una explicación a la MISMÍSIMA ARCA DE LA ALIANZA.
Agárrense.
Resulta que la clave para realizar ese tipo de comunicaciones es un mineral llamado turquesa (que es abundante en Irán, mira tú por donde, y en la península de Sinaí que los israelitas invadieron en los años 70…). Cuando la turquesa se reviste de oro se convierte en el mejor conductor de la electricidad conocido lo que le hace un gran transmisor de telecomunicaciones… y una potentísima arma. La misma descripción que la Biblia da sobre la mítica Arca de la Alianza.
Esto era el famoso «Rayo de Tesla», nada menos, un arma capaz de enviar una onda potentísima.
Sommerfeld propuso que los famosos Diez Mandamientos que Moisés «recibió» del espacio en el arca de la Alianza estaban hechos de turquesa porque curiosamente recibió esos mandamientos… ¡En la Península del Sinaí!
La mujer que ha destruido ese poderoso invento se estaría dando cuenta del tremendo poder que este arma (en malas manos) tendría. El gobierno de Estados Unidos estaría ultimando esta arma basada en taquiones.
¿Será ese arma la que obra en poder de los sionistas o la que buscan en Jerusalén? ¿Qué pasó con el pope etíope que iba a enseñar el Arca en el Vaticano hace semanas?
Las piezas empiezan a encajar…