Nuevamente los servicios secretos rusos nos aclaran una intentona de asesinato de Obama (y van tres, si mal no recuerdo). Los medios de comunicación oficiales informaron ayer sábado de un «pánico en el río Potomac» con la existencia de un fuego en una embarcación cercana a la del presidente. Al comienzo, se interpretó como un nuevo 11-S pero, como siempre, se varió la versión recopilada de las transmisiones de la policía captadas por la CNN para señalar que había sido «un ejercicio militar».
¿Un ejercicio militar el día después del 11-S? Al parecer, la realidad es que una embarcación con explosivos dentro, fue teledirigida hacia el puente donde cruzaría el presidente Obama y su guardia de seguridad, siendo interceptada por una brigada de marines y echa detonar antes de que se acercara a su objetivo.
Los bien informados servicios de inteligencia rusos relatan que en los últimos meses se han intensificado los ataques de grupos no identificados contra servicios básicos en Norteamérica. En concreto, tuberías de gas y petróleo y refinerías en Canadá y Estados Unidos unos hechos que los servicios secretos rusos ligan al imparable declive de la economía norteamericana.
Un niño comparado con Nostradamus en Colombia había predicho un atentado contra Obama hace unos meses.