La amenaza de una semana de Benjamin Netanyahu a Rusia no se ha tardado en materializarse.
Hace tan sólo unos días relatábamos el inaudito viaje del primer ministro israelí a Rusia (acompañado de uno de los cerebros del 11-S, del Mossad) en el que amenazaba con la «guerra total» si no le entregaban a los agentes de los servicios secretos israelíes capturados en el asunto del carguero Artic Sea.
Pues bien, hoy lunes 14 de septiembre, fuentes de los servicios de inteligencia rusos detallan un salvaje ataque de un comando no identificado a una base secreta rusa donde se guardaban documentos que explican quién realizó el 11-S, así como otros que demuestran que el ejército privado Blackwater, al servicio de los sionistas, fue quien realizó los atentados que mataron a la líder paquistaní Benazir Bhutto y el primer ministro libanés, Hariri. Los búnqueres de la base de la fuerza aérea rusa en Tambov fueron penetrados por fuerzas sionistas, que desactivaron sus sistemas de incendios y, después de matar a tres militares y dos agentes que la custodiaban, prendieron fuego a los documentos que ligan a los servicios secretos de Israel con el atentado del 11-S.