Hace solo unos días, los medios de comunicación oficiales de todo el mundo describieron una extraña reunión de Obama con siete ex jefes de la CIA que le exigieron, literalmente, que dejara de investigar los casos de torturas denunciados en esta guerra del terror, a lo que Obama les habría contestado que «no hay nadie por encima de la Ley».
Pues bien, de acuerdo a los informadores rusos detrás del fenómeno Sorcha Faal, lo que ocurrió es que esos siete ex jefes, entre los que se encontraba George Bush senior, advirtieron a Obama que, de continuar su supuesta oposición al Nuevo Orden Mundial, «acabará como JFK».
En la misma información, la inteligencia rusa revela que, en realidad, el asunto de la crisis de los misiles de Cuba-URSS de los años sesenta, fue una jugada entre Krushev (líder de la URSS en aquella época) y el propio JFK para detener los planes del Nuevo Orden Mundial, del cual Kennedy había tenido conocimiento a través de la Operación Northwoods (especie de 11-S en el que el papel de Bin Laden lo ejercía Fidel Castro). Pocos meses de esa crisis, tanto JFK como Krushev fueron desalojados del poder por los mismos Iluminati sionistas. En la misma información, se detalla que las últimas operaciones de Obama contra Al Qaeda en Estados Unidos en realidad han sido contra esta facción sionista de la CIA, que opera desde Denver (a dónde se ha movido los cuarteles generales de la CIA). Un aeropuerto, el de Denver, como muchos sabréis, con muchísima simbología Iluminati. Pues bien, la misma información rusa detalla el asesinato de una investigadora y agente de inteligencia francesa de hace unos días en Ecuador que habría denunciado el robo por parte de la CIA de documentos sobre el calendario sagrado inca para enviarlos a Denver y que irían a utilizar en sus planes para establecer el Nuevo Orden Mundial.
Un día después, la propia Sorcha Faal detalla los planes de una célula nazi en Estados Unidos heredera de un tal James B. Cummings, para estallar una bomba sucia en ese país. La misma sorprendentes información detalla las actividades de la inteligencia naval en Estados Unidos para detener esos movimientos, y que habría puesto como presidentes a Jimmy Carter y Obama, amén de haber conseguido destituir a Lyndon B. Johnson y Richard Nixon por su implicación en el asesinato de JFK, cediendo información al periodista del Watergate, Woodward, otro agente de la inteligencia naval.
Uff… ¡qué sofoco de información! (Y eso que sólo la he resumido).