En la última semana, dos amigas (Gema y Liliana) me confesaron (con total normalidad) que ellas no se sentían «de aquí». En el cumpleaños que acudí el sábado, varias chicas iban vestidas con botas de cuero con flecos, mallas-leotardos y minifalda. Como el tema de la estética (especiamente femenina) me interesa bastante, les pregunté a qué creían que se debía. Se rieron y contestaron «es como de duendes, ¿no?». Ayer, en Biocultura Madrid (que encontré con un renovado espíritu), donde estuvimos con el estand del calendario maya-13 lunas y el periódico Jaque Mate, otra chica de largos cabellos que parecía salida de «El señor de los Anillos» me dijo con total normalidad que ella era un hada; otra buena amiga que se fue a vivir a su isla, hace meses me confesó que ella se sentía la Sirenita del cuento… (La de la foto es Carlita, líder del movimiento 13 lunas en Madrid).
Todos estos ejemplos son prueba de que hemos entrado en el Tiempo de la Magia, en el que cada uno debemos reconocer al Héroe que en realidad somos y hacerlo Realidad. Si las magas, sirenas, hadas y sacerdotisas se reconocen como tales, los guerreros del arcoiris, Caballeros Jedis, Magos blancos, duendes, alquimistas, druidas y chamanes deberán hacer lo propio, ¿no? Más abajo, un vídeo sobre los reinos dévicos en el que se explica por qué dejamos de tener el poder de verlos y otro de Pilar, amiga del hada, y mujer-didgeridoo. ¡Ya veréis!
