Hace sólo unas semanas, tenía que haber estado en la cárcel de Navalcarnero, contándoles a los presos quién maneja el tráfico de drogas. Gracias a un buen colaborador conspiranoico, el equipo que gestiona las actividades culturales de la citada cárcel me invitó a contar lo que sé sobre este tema, que es la causa de que estén en la cárcel gran parte de los presos de todo el mundo. Cuando ya había enviado mis datos personales para que me hicieran la autorización pertinente para entrar, y a sólo unos días del evento, me pidieron un resumen de lo que iba a contar. Poco más o menos os podéis imaginar de qué iba.
A los dos días, uno de los asistentes sociales me cuenta que han decidido suspender la charla porque podría originar conflictos entre los grandes traficantes que allí cumplen condena (tipo Sito Miñanco) y los pequeños camellos.
-¡Pero si precisamente les voy a contar que todos ellos han sido marionetas de un Poder mayor! -les dije.
Allí acabó la historia. Los responsables de las cárceles no quieren que los presos sepan la Verdad, pero uno de estos días lo voy a contar en una radio, con nombres y apellidos.
Como aperitivo, os ofrezco esta noticia de la BBC titulada «el tsunami de la heroína arrasa Rusia» en la que, sólo con leer entre líneas y conociendo lo que os he ido contando durante años, se extrae una conclusión clara: Actualmente, las potencias sionistas (Israel, USA, Reino Unido) están llenando de heroína el mercado negro de Rusia en una suerte de guerra sucia que ya conocemos por otros lugares.
Los servicios secretos se unen a las mafias locales proporcionándoles la droga (desde que los talibanes están en el poder, aumentó un 90% la producción de opio en Afganistán, y está comprobado que colaboran con la CIA y el MI6) que servirá para minar la estabilidad del país. Creo que no hay mucho más que explicar porque lo hemos vivido en todos los países: la posibilidad de comprar droga a bajo precio implicará el enganche de miles de personas, sobre todo jóvenes que, una vez enganchados, deberán robar para sostener su adicción, generando inestabilidad social e inseguridad ciudadana. Un «caballo de Troya» eficaz para el país que quiera desestabilizar a otro.
Esa y no otra fue la explicación de la avalancha de heroína que sufrió España (y otros países) durante los años 80 y de cocaína y drogas de diseño durante los 90. Fue una GUERRA NO DECLARADA contra nuestras sociedades, dirigida desde los grupos secretos que gobiernan el Planeta.
El comercio de droga es un tipo de guerra sucia, cuyo fin es destruir la sociedad del país al cual se dirige ese tráfico.
Como digo, un día de éstos lo voy a contar en una radio, en honor a los censores que me impidieron hacerlo en la cárcel de Navalcarnero (y que no quieren que los presos comprendan, que es la única forma de que se regeneren).