Ciencia, Espiritualidad, General — 7 abril, 2010 at 8:19 am

Tormenta Solar-Terremoto en la Tierra: la ecuación, cada vez más clara. ¿Y nuestro interior?

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Ayer, se registró una gran tormenta solar, hoy se produce terremoto en Indonesia y hace un par de días, gran aguacero sobre mi querido Río de Janeiro. En paralelo, el terremoto de baja California, Méjico, fue anticipado por varios mensajes espirituales, entre ellos, la española Isabel de la Fuente y Candace Frieze, de Esperanza Abundante.
La teoría «de las tres en raya» para explicar los terremotos (con el HAARP como amplificador en algunos casos) cada vez se demuestra más plausible. Tormenta solar-estrés de la ionosfera-influencia sobre la magnetosfera-terremoto.Todo ello, puede afectar, y afecta, a las telecomunicaciones y los electrodomésticos y máquinas, que funcionan con electromagnetismo. Pero falta un elemento:

¿Cómo nos afectan interiormente todos estos cambios?
La entrada de una gran corriente de energía en nuestros cuerpos se puede comparar a que nos cambiaran, de repente, el voltaje de 120 a… 220 watios. La entrada de energía ha de ser equilibrada por el corazón, que es el garante de la estabilidad de ese organismo electromagnético que es nuestro cuerpo. Como han demostrado diferentes estudios actualmente, la coherencia del corazón otorga equilibrio al sistema, a todos los órganos cuyas «agujas de ciclos» se vuelven locas como las brújulas cerca de un imán. En este caso, la excepcional descarga de energía ha de ser «equilibrada» de alguna forma: lo más habitual es que los chakras emocional y mental se disparen energéticamente, generando hiperactividad mental que se puede traducir en pensamientos obsesivos y, por el lado emocional, en tristeza, angustia o ansiedad (amplificada por el elementos mental). Todo ello, se puede revertir en cuestión de horas o días en hiperactividad física. De alguna manera, el péndulo va de un lado a otro hasta que se estabiliza.
Un cuerpo físico o mental excesivamente rígido puede entrar en enfermedad/fuga de energía por la imposibilidad de adaptarse a esos cambios energéticos.
En otras palabras, que en momentos de tormentas solares/terremotos es bueno comentar con amigos u observar el comportamiento de la gente en la calle (particularmente, los locos y niños) porque nos pueden dar la pauta del estado del inconsciente colectivos y ayudarnos, así, a comprender nuestro propio estado.
En el caso de las mujeres, el proceso emocional se puede acentuar por los particulares ciclos femeninos.