Entrar a un bar a las 10 de la mañana para desayunar y que el camarero te tome nota cantando es algo que sólo puede ocurrir en una ciudad como ésta, perfumada de azahar.
Ayer conocí a un inclasificable grupo de artistas-artesanos que viven en una especie de comuna cuyo fin es iluminarse… sin pasar por una práctica espiritual estereotipada.
La única manera de calificarlos es «como la ayahuasca, pero sin ayahuasca». En breve os pondré algunos de los vídeos-play back de canciones con letras a las que le sacan punta, para conocer de qué estoy hablando.
En pocas semanas, me voy a venir a pasar una semanita con ellos… y lo contaré en vivo y en directo.
Mientras los Iluminati cometen sus últimas salvajadas, mañana domingo a las 20 horas, en la feria alternativa del Parque del Alamillo, pondré el reloj de arena de la esclavitud de la humandad boca arriba y declararé, en nombre de 3.000 personas de 16 países, el final de la Era del Secreto y el comienzo de la Era Cristalina en el Planeta Tierra. Ya todos conocéis el Poder de la Palabra; lanzad esa invocación desde donde estéis, como en una de esas meditaciones planetarias.
PD: Gracias al santanderino Wek por ser el motor de este cambio planetario.
