El pasado miércoles acudí a una charla en la Asociación Eleusis del ayahuasquero colombiano Alberto Varela, quien ha escrito un precioso libro de su experiencia un año preso injustamente acusado. Digo que el libro («Desde la cárcel, desde mi libertad») es precioso no porque lo haya leído sino porque escuché las historias que ha vivido en la cárcel y son auténticamente antológicas. Las propias de un ser elevado que llega a la prisión para elevar la conciencia.
Se inventó una especie de cartas de Osho con tarjetas telefónicas pintadas con mensajes que atrajo la atención de sicarios y narcotraficantes, que peregrinaban a su celda. Uno de los más malvados sicarios acabó leyendo un libro de Osho. El carcelero más fiero le acabó pidiendo perdón… En fin, realmente merece la pena pero a lo que hoy viene a cuento es porque lo que era de esperar está sucediendo.
El sistema de control de la serpiente en el cáliz está golpeando ya, a los métodos alternativos de curar y elevar la conciencia: han comenzado con la ayahuasca y han seguido con el clorito de sodio, MMS del conocido Jim Humble.
En los últimos días, han cerrado un blog que vendía el citado producto y parece que han comenzado a impedir su venta.
¿Nuestra respuesta? Ni caso a sus noticias falsas y continuar siguiendo nuestra conciencia.
Solidaridad con Andreas y con Varela: entrevistas a tutiplén y que se entere todo el mundo.
Hagan lo que hagan, ya está aquí. La Nueva Energía ya se ha aposentado en la Tierra.
Los que llevéis siguiendo estos mensajes desde hace años, sabréis que no me he caracterizado precisamente por el optimismo y me he dedicado a avisar del peligro que se cernía sobre la Humanidad por los planes de la élite. Desde entonces, sentía que cuando llegara la Nueva Energía de alguna manera, lo sentiría. Si presentí el 11-M, ¿no iba a presentir la llegada de lo Bueno?
Bueno, pues ahora os puedo que sí lo estoy sintiendo. Lo estoy sintiendo en mi vida y en la de las personas con las que más contacto tengo: el nivel de sin-cronicidad, es decir, de creación del pensamiento-acción es tal que ya no es una o dos causalidades a la semana sino constantes.
Os pongo un ejemplo: el otro día charlaba con Jacobo, el camarero del Oeste Celeste, uno de esos jóvenes guereros del arcoiris que parecen ángeles, y que ahora que se ha echado novia, quiere ceder su fiel perro, con el que ha recorrido kilómetros, a alguien. El problema es que es un mastín y, claro, en una casa pequeña… como que no. Además, es un perro con fuerte sentido de la territorialidad y quería dárselo a alguien que fuera a cuidarlo. Bueno, me pidió ayuda para encontrarle otros amos el domingo y al día siguiente, que subí a caminar a la pedriza con mi amigo Camilo, resulta que tenía otro amigo al que le habían robado el perro y, como vive en una casa de campo, necesitaba un perro guardián.
¿Cuántas posibilidades hay de que dos necesidades así se encuentren?
Pocas, ¿verdad?
Pues eso es solo un ejemplo del nivel de sin-cronicidad (sin crono, sin tiempo) que ya estamos viviendo muchos. 24 horas al día, 7 días a la semana. Ya está aquí. La gran cruz astrológica que os envié el otro día puede convertirse en un motor para el cambio si nos sin-cronizamos con la Nueva Energía (es decir, si nos conectamos no con el reloj de afuera, sino con el de dentro, con el de nuestro centro: corazón).
Ayer viví una experiencia de gran expansión de conciencia en una reunión de la tradición espiritual del camino rojo, la de los nativos norteamericanos. Otro día os lo cuento. Fue preciosa.