Os lo decía hace días y os lo vuelvo a repetir: el mundo está gobernado por el movimiento gay. Nadie que no se deje dar por culo puede acceder a cargos de poder. El ex jefe de campaña de Bush ha sido el último en salir del armario pero hay por ahí una lista de predicadores protestantes y políticos con juicios por pederastia y/o pillados en prostitución masculina o escándalos públicos en báteres, que sobrepasan los doscientos. Gran parte de ellos, del partido republicano, por cierto, pero a la luz de esa lista se puede decir que es más rápido decir quien «no es homosexual» en la política norteamericana.
-«Entonces, ¿por qué los de derechas se oponen a las propuestas homosexuales?»
Precisamente, para que tú las apoyes, pequeño inocente. Precisamente. Si la derecha no se mostrara en contra del movimiento gay, ¿lo apoyarías tú? ¿Verdad que no?
Es sólo un juego, querido, sólo un juego, y tú, si apoyas al movimiento gay, eres la marioneta.
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-A los cuatro días de tener preparado el artículo, surge esta otra noticia sobre John Travolta (del cual ya nos imaginábamos porque le vimos fotografiado besándose con un tío hace no mucho). El icono de las jóvenes de los 80 también es «del otro lado». Otras reflexiones podrían ir alrededor de la conexión de Travolta con la Iglesia de la Cienciología, por ejemplo, y su posible relación con el movimiento gay, por cierto. (Y podíamos incluir a Tom Cruise…).
Justo antes de leer sobre la traición en Stop secretS, me ha llegado a la cabeza la canción de Grease, «You are the one that I want» (Eres el que yo quiero) cambiándolo por «Ménamorao de un guei, guei, gue, gueiii». (Otra opción: «Travolta es guei, gue, gue, guei). Le cambiaría la letra, ya sabéis, cuando se están vacilando y Olivia diría algo como «Me gustó/ por su andar viril/ no me pude imaginar, no nono no, no, no, nono: Ménamorao de un guei, gue,gue, guei!. A ver si alguien sigue con la idea.
PD: Me he puesto el vídeo en Youtube y quedaría graciosísimo, de verdad.
PD 2: Preparaos para el artículo que publico mañana sobre el libro de Cathy O’Brien, «Trance-formation in America» sobre MK Ultra.
