Hitler construyó 15 platillos volantes
Una investigación recoge pruebas de que el Führer diseñó platillos volantes para bombardear Londres y Nueva York
La revista alemana PM sostiene que hay fuertes evidencias de
que Hitler ordenó a Goering que desarrollara una super arma
E. Villar. Madrid, 22 nov (La Razón).- Destruir Londres bajo el poder
de sus bombarderos fue un objetivo que Hitler tuvo a su alcance.
Arrasar Nueva York, un sueño al que jamás pudo aspirar… ¿o sí? Una
reciente investigación asegura haber hallado nuevas pruebas de que la
construcción de al menos un platillo volante nazi es algo más que un
mito.
Aparentemente, la parte más endeble de la investigación son los
testimonios de un grupo de londinenses. La segunda guerra mundial está
llegando a su fin. La capital del Imperio cree haber sobrevivido a las
bombas alemanas. Hasta que un buen día un objeto volante con forma
esférica “con la cruz gamada grabada en uno de sus lados”, según
precisan los testigos, sobrevuela a baja altura el río Támesis y, como
viene, se va.
Por esas mismas fechas, el New York Times dejaba constancia en sus
páginas de un “misterioso disco volante” que había sido visto volando
a una “velocidad extraordinariamente alta” por encima de las cúpulas
de los rascacielos, e incluso aportaba una serie de fotografías
altamente inquietantes. ¿Psicosis? Y no sólo eso. Un testigo capturado
por los americanos tras la guerra aseguró haber visto en numerosas
ocasiones el objeto volante sobre Praga a principios de 1945.
Ahora, la revista alemana especializada “PM” ha publicado una
investigación en la que sostiene que hay “fuertes evidencias” de que
Hitler ordenó al jefe de la Luftwaffe, Hermann Goering, que
desarrollara una super arma destinada a cambiar el curso de la guerra.
Su objetivo era ni más ni menos bombardear territorio americano con el
objetivo de dar la vuelta al curso de la guerra.
El programa, ultra secreto en aquellas fechas, tenía un nombre en
clave poco original pero eficaz: Schriever-Habermohl, los apellidos de
uno de los pilotos y de uno de los ingenieros, Rudolf Schriever y Otto
Habermohl. Inicialmente, estaba bajo la supervision del ministro de
Armamento, pero después fue encomendado a Hans Kammler.
De acuerdo con el testimonio de Joseph Andreas Epp, un ingeniero que
prestó asesoramiento en el proyecto Schriever-Habermohl, y al que cita
la publicación alemana, la misión estaba tan avanzada que llegaron a
construirse hasta 15 prototipos de ovnis. Sólo la derrota alemana
impidió su fabricación en serie.
Epp los describe como una nave con una cabina en el centro rodeada de
unas aspas de rotación ajustable que describen círculos, y que podían
ajustarse durante el despegue. El artefacto estaba propulsado por unos
pequeños cohetes ajustados a la nave y que proporcionaban el impulso
suficiente.
Ante tan sugestivas revelaciones, los periódicos tabloides se han
lanzado a propagar la teoría de que realmente Londres estuvo a punto
de sucumbir ante las bombas de platillos volantes. Incluso, el Daily
Mail publicaba un cuidado gráfico de cómo se habría producido la
incursión de tan terrorífica arma.
Los más escépticos, sin embargo, se aferran a que el platillo volante
nazi sigue siendo sólo un mito del que hay algo de literatura y una
buena dosis de literatura. Sólo el piloto Rudolf Schriever y el
ingeniero Otto Habermohl podrían aclarar hasta qué punto esta nueva
investigación ha tirado de la manta.
http://www.larazon.es/noticia/8856-nueva-acusacion-contra-hitler-culpable-de-construir-15-ovnis